BioArts obtuvo el pasado 16 de mayo los derechos mundiales sobre la patente de Start Licensing para replicar en exclusiva perros y gatos con la técnica desarrollada por el Roslin Institute para clonar a la famosa oveja Dolly. "Si el código genético es de buena calidad las posibilidades de éxito son cercanas al 100 por ciento, especialmente cuando se obtiene de un animal vivo, si el perro ya está muerto es mucho mas complicado", explicó Lou Hawthorne, presidente de BioArts International, que cuenta para el proceso con la experiencia del polémico científico surcoreano Hwang Woo Suk. Los ganadores de la subasta tendrá que esperar alrededor de un año para ver la réplica de su querida mascota, hecha cachorro, y revisar su similitud con la original. BioArts garantiza la devolución del dinero si el perro no cumple con las expectativas del cliente sobre su parecido físico con respecto al cánido del que se extrajo el ADN. "Es un animal distinto, no es el mismo perro, por lo que no recomendamos que la gente le ponga el mismo nombre que a su anterior mascota. Hay que volver a educarlo y fomentar los vínculos de cariño. Aunque esté predispuesto a reaccionar de forma parecida, el comportamiento depende de más factores que el genético", dijo. Los derechos sobre la patente obtenidos por BioArts le garantizaron el monopolio de clonación de perros y gatos sobre 100 países de todo el mundo, lo que le permitirá acudir a los tribunales en caso de que otra empresa trate de entrometerse en su negocio.