Alexandre Schmitt, reconocido perfumista dedicado ahora al mundo del vino, impartió esta semana en Bodegas Ysios un exclusivo taller de olfacción, en el que alrededor de treinta sumilleres españoles entendieron la importancia de saber reconocer y describir cada nota aromática que guarda el vino. El ser humano percibe el mundo principalmente mediante el sentido de la vista, lo que completa con el gusto y el tacto, fruto de su nece sidad para la supervivencia. El olfato, sentido primordial para los animales cuadrúpedos, comenzó a atrofiarse en nosotros desde que aprendimos a caminar erguidos. Pero los aromas de absolutamente todos los objetos que nos rodean son también innatos a su naturaleza y fundamentales para su comprensión. Este aspecto cobra mayor importancia en actividades como la perfumería o la enología, en la que sus profesionales deben desarrollar su capacidad olfativa más analítica, y perfeccionarla para no confundirla con la subjetiva o sincrética, es decir, aquella que está condicionada por nuestras experiencias y recuerdos.