Las compañías japonesas Honda y Shimadzu presentaron la tecnología de Interfaz Cerebro-Máquina, conocida como BMI, una máquina a la que se le puede dar órdenes con el pensamiento. De momento son solo cuatro movimientos (las dos manos, los dos pies y la boca). El desarrollo se ha probado en el robot ASIMO de Honda, que de esta forma consigue aumentar sus ya conocidas prestaciones. Con ese dispositivo además no es necesario implantar ningún tipo de sensor en la cabeza del sujeto que da las órdenes. Honda ha utilizado por primera vez una combinación de la tecnología EEG (Electroencefalograma), que mide las variaciones de los impulsos eléctricos del cerebro, y la NIRS (Espectroscopia Cercana de Infrarrojo), con la que calibra los cambios en el flujo sanguíneo.