Hans Brechbühler era un creador apasionado que amaba su trabajo y el contacto con las personas. Hasta avanzada edad se le podía encontrar a diario en Glycine. Hace poco, sin embargo, su enfermedad le obligó a retirarse. Durante la crisis de la relojería en el año 1984, Hans Brechbühler se hizo con Glycine y la salvó de la quiebra. Comerciante de profesión, entonces hacía ya treinta años que trabajaba en la industria. Reconstruyó Glycine e influenció fuertemente la marca, más tarde también junto con su hija más joven, Katherina.