La crisis ha reducido las fortunas y se ha llevado por delante la extravagancia. El consumidor de bienes de lujo prefiere en estos momentos la discreción. El consumidor de alta gama pide bolsas sin logos para no exhibir sus compras. El desplome económico ha propiciado un cambio de valores y nuevos comportamientos entre estos compradores. "Se acabó el consumir por consumir". Un cierto sentimiento de culpabilidad ha calado entre los clientes de las firmas de lujo, que no quieren salir de las tiendas exhibiendo sus compras. La discreción les lleva a solicitar bolsas de papel sin marcas ni logotipos.