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Ficha Técnica:
España (29:23) Suecia
España (12+17)
Arpad Sterbik y Rodrigo Corrales (portería); Eduardo Gurbindo (1), Valero Rivera (1), Raúl Entrerríos (4), Álex Dujshebaev (4), Daniel Sarmiento (1), Julen Aginagalde (1), Joan Cañellas, Viran Morros, Aitor Ariño (4), Gedeón Guardiola (1), Iosu Goñi (1), Ferrán Solé (5), David Balaguer (5) y Adriá Figueras (1).
Suecia (14+9)
Palicka y Appelgren (portería); Henningsson (2), Jeppson (1), Darj, Tollbring, Ekberg (4), Wanne (3), Pettersson, Gottfridsson (2), Arnesson (1), Cederholm, Östlund, Zachrisson (3), Nielsen (5) y Nilsson (2).
Árbitros | Gubica y Milosevic (Croacia). Excluyeron con 2 minutos a Eduardo Gurbindo y Viran Morros por parte de España; y a Darj (2) y Zachrisson por parte de Suecia.
Marcador | 3:2, 4:5, 5:7, 7:9, 10:12, 12:14 (descanso); 15:14, 18:15, 20:16, 22:17, 26:19 y 29:23.
Un hito para nuestro balonmano que, sin embargo, costaba encarrilar en la gran final de Zagreb. El choque comenzaba con una selección sueca entonada en la retaguardia, bien resguardada atrás por un Mikael Appelgren que superaba el 50% de eficacia, y que provocaba las acciones de contraataque comandadas por Hampus Wanne y Jesper Nielsen. En este contexto los nórdicos se sentían cómodos y lograban las primeras rentas favorables de la final.
Los Hispanos encontraban en las acciones de Ferrán Solé y de Raúl Entrerríos una vía de agua en el 6:0 de Suecia, madurando mucho los ataques, al borde del pasivo la mayoría. Jordi Ribera solicitaba tiempo muerto ante los tres tantos de ventaja del rival, que parecía haber entrado mejor en el 40x20 de Zagreb.
Con el paso de los minutos, el 6:0 español empezaba a carburar, y Suecia comenzaba a tener problemas en el ataque posicional. La selección española marchaba por el buen camino. Solo las transiciones rápidas suecas, cada vez más intermitentes, mantenían la ventaja en el electrónico. Al descanso, 12:14 a favor de los nórdicos. Quedaba mucho por remar, pero durante todo el Campeonato de Europa, los Hispanos han creído.
Y vaya si han creído. La reanudación aguardaba una sorpresa en forma de remontada espectacular de España. La salida de vestuarios daba alas a la selección española, sorprendiendo a Suecia con el 5:1 comandado con maestría por Álex Dujshebaev. En portería aparecía una muralla, una pared que cada vez se hacía más grande para los suecos, y es que Arpad Sterbik salía a la pista con la intención de cambiar el signo de la final y, de paso, el de la historia del balonmano español.
La salida en tromba de los Hispanos en el segundo acto provocaba un parcial de 1:7 que daba la vuelta por completo al partido. Kristján Andrésson, seleccionador sueco, se veía obligado a pedir dos tiempos muertos en menos de diez minutos. Suecia estaba desdibujada. España volaba en Zagreb. Las tornas habían cambiado.
Con el paso de los minutos, la selección española conseguía maniatar aún más a Suecia, incapaz de descifrar la defensa propuesta por Jordi Ribera y ejecutada a la perfección por los jugadores. Aitor Ariño se convertía en pieza clave de los Hispanos, con acciones positivas en todas las facetas: varios robos de balón, anticipaciones defensivas y efectividad de cara a portería que evidenciaban la confianza general que tenía el grupo sobre la pista.
La gloria esperaba al final del camino, y cada vez estaba más cerca. Ni el juego de siete contra seis ni los lanzamientos exteriores de Suecia surtían efecto durante la segunda mitad, los suecos eran su antítesis con un margen de tan solo 30 minutos. Álex Dujshebaev, Mejor Lateral Derecho del campeonato, pedía a gritos protagonismo anotando varios goles de bella factura. David Balaguer marcaba una vaselina antológica a un Mikael Appelgren que hacía pocos minutos se estaba convirtiendo en verdugo español. La historia había cambiado.
Los últimos minutos eran una auténtica fiesta para los Hispanos, en el banquillo y sobre la pista. Jordi Ribera aprovechaba para dar minutos a los jugadores con menos minutos en la final, como un Iosu Goñi que anotaba el último gol de un partido que va a quedar grabado en los anales de la historia. Minutos antes, Arpad Sterbik seguía con su actuación estelar, digna de un MVP que después recibiría, con una gran parada a Jerry Tollbring. Superior el guardameta español, clave en la remontada.
Pitido final. Explosión de júbilo. España es Campeona de Europa. El Arena Zagreb era testigo del primer oro de la selección española en una cita continental, después de cuatro intentos, ante una selección imbatida en este tipo de partidos y que, en esta ocasión, ha sido incapaz de frenar el empuje, la ambición y, sobre todo, la actitud de los Hispanos. Porque este grupo de jugadores ha creído, y en este deporte hay cosas que no se pueden medir. Y ahí, como en la pista, han sido los mejores.
CLASIFICACIÓN DIRECTA PARA EL MUNDIAL Y EL EUROPEO
Gracias al oro en el Campeonato de Europa de Croacia 2018, España logra la clasificación directa para el Campeonato del Mundo de Alemania y Dinamarca 2019, así como para el Campeonato de Europa de Suecia, Austria y Noruega 2020. La gran actuación de los Hispanos durante estas semanas dan sus frutos, tanto por el logro conseguido en la cita continental como el poso y las consecuencias positivas que deja para el futuro a corto plazo.
Fuente: Real Federacion Española de Balonmano