La ex campeona de Roland Garros y Wimbledon ya había mostrado en este 2021 evidencias de la recuperación de su juego que confirmó en la final del WTA 1000 de Dubai, el escalón inmediatamente inferior al Grand Slam, con su victoria sobre la checa Barbora Krejcikova en un partido más competido y largo de lo que el marcador parece indicar: 7-6 y 6-3. Tras algo más de dos horas de juego, la española impuso su juego y conquistó su primera corona desde abril de 2019, que llega después de caer en otras dos finales este año: Yarrah Valley y Doha. Es el octavo título en el circuito WTA para Muguruza, de 27 años, en 15 finales.

“Significa mucho, nunca es fácil ganar títulos. Es algo que no sucede a menudo y estoy encantada después de unas finales que no cayeron de mi lado”, ha explicado la hispano-venezolana, finalista este año en Melbourne y Doha.

Muguruza había ganado su último título en Monterrey en 2019, y desde entonces había dejado escapar también la final del Open de Australia del pasado año.

Krejcikova, no le puso las cosas nada fáciles a Muguruza y se mostró sólida desde el fondo de la pista, logrando en muchos momentos imponer un ritmo que no le venía bien a la española. De hecho, Barbora Krejcikova comenzó avisando con un break en el primer juego al que respondió enseguida Garbiñe dentro de un primer set lleno de altibajos y de errores de ambas; tras cuatro roturas de saque, dos por bando, y tres bolas de set desperdiciadas por Muguruza con 5-6 a su favor, la suerte de la primera manga se decidió en el desempate, y ahí sí que la española impuso sus mayores tablas por escaso margen (8-6), con la checa fallando cuando más apretaba la presión.

La exnúmero uno mundial está cada vez más cerca de regresar al Top-10 del ranking (Nº 13), tras un gran inicio de temporada en el que también ha sido octavofinalista en el Open de Australia y en el WTA 500 de Abu Dabi.

Foto: Dubai Duty Free Tennis Championships.
Fuente: RFETENIS