El interés creciente en Oriente Medio por el fútbol, ha convertido a las potencias petroleras en nuevos compradores potenciales, capaces de trastocar el paisaje futbolístico. El Abu Dabi United Group (ADUG) se quedó con el City por 250 millones de euros, y además pagó al Real Madrid 42 millones por Robinho.
Al-Fahim ha comprado el Manchester City al exministro tailandés Thaksin Shinawatra que lo había comprado por 110 millones de euros hace tan solo un año, pero este debido a los problemas políticos y el procesamiento posterior por corrupción en su país, con el bloqueo de las cuentas bancarias, le han obligado a la venta.
Invertir en el fútbol inglés quizá dé prestigio, pero lo que sin duda acarrea son pérdidas. El egipcio Mahamed al-Fayed, famoso dueño de Harrods y del Ritz en París, fue el primero en comprar uno, el Fulham en 1997, pero no ha sacado ni un penique. Abramovich tiró la casa por la ventana con el Chelsea, dejándose una fortuna en un lustro, y los negocios parecieron guiar al estadounidense Malcolm Glazer, cuando en el 2005 aterrizó en el United.