La compañía norteamericana Ford acaba de firmar un acuerdo de venta por 1.800 millones de dólares para que el fabricante chino Geely se quede con su filial sueca Volvo Cars. Volvo continuará siendo independiente dentro del grupo chino y continuará con su sede en Gotemburgo y sus dos plantas de producción en Torlanda (Suecia) y Gante (Bélgica), aunque estudiará la posibilidad de fabricar nuevos modelos de la marca sueca en sus instalaciones en China.
Ford continuará colaborando con Volvo Cars y durante un tiempo le suministrará motores, pero no mantendrá ninguna participación en ella.
La marca china tiene una plantilla de 13.000 trabajadores y el año pasado fabricó 325.000 vehículos.
Volvo fue creada en 1927 en Gotemburgo por el ingeniero Gustav Larson y el economista Assar Gabrielsson.
Ford compró en 1999 a Volvo por 6.000 millones de dólares.
En los últimos años Ford ha vendido sus filiales Aston Martin, Jaguar, Land Rover y ahora Volvo Cars.