El laboratorio Lawrence Livermore de Silicon Valley (California) ha inaugurado el láser más rápido del mundo, capaz de simular el calor de una estrella. La National Ignition facility (NIF) está destinada a evaluar la fiabilidad y la estabilidad del arsenal nuclear estadounidense pero los científicos esperan también que permita estudiar la fusión del hidrógeno, un área importante en la investigación medioambiental. El nuevo láser puede unir en un solo punto hasta 192 haces de luz, recreando las temperaturas y la presión que existen en el corazón de una estrella o de un planeta gigante. En el ámbito civil, el láser también permitirá recrear las condiciones de las supernovas, de los agujeros negros y del interior de los planetas. Según los responsables del laboratorio, la electricidad derivada de las reacciones de fusión semejantes a aquellas que han tenido lugar en el sol podrian también ayudar a investigar sobre energías limpias.