Barcelona conmemora la inauguración de las Olimpiadas de 1992 con un simbólico acto institucional con el Rey Juan Carlos I como anfitrion en el Palacete Albéniz, el regreso a las calles de la antorcha, el encendido del pebetero y una gran fiesta ciudadana con Los Manolos en plaza Catalunya. Los JJ.OO. de 1992 dejaron un legado imborrable de orgullo y representaron un punto de inflexión en la proyección internacional de España, también como modelo de sociedad cívica.