La compañía de cruceros Norwegian Cruise Line se hace con el control de Prestige Cruise Holdings, matriz de Oceania Cruises y Regent Seven Seas Cruises por 2.300 millones de euros. El tercer operador del mundo se refuerza así en la gama alta del negocio para competir frente a Carnival y Royal Caribbean. Para poder cerrar la operación intervino el fondo de inversión Apollo Managent, accionista de las dos compañías de cruceros de lujo. Con esta adquisición intenta hacerse con sus acaudalados y fieles clientes.