La Torre Agbar, el último icono de la ciudad de Barcelona acaba de ser comprado por Aguas de Barcelona, que lo ocupaba en régimen de alquiler con opción a compra. La compañía de aguas pagará 165 millones de euros por el rascacielos diseñado por Jean Nouvel, a la empresa Azurelau, una sociedad patrimonial controlada por Antonio Vila Casas y Santiago Oller, ex accionistas del grupo farmacéutico Almirall. Los dos inversores compraron la torre a la inmobiliaria familiar Layetana, que fue el promotor del edificio, estrenado en 2005 y se lo alquilaron a Agbar. La torre mide 142 metros de altura y tiene 31 plantas sobre rasante. El inmueble cuenta con 50.600 m2 construidos, de los cuales 30.000 m2 son espacio para oficinas, 3.210 m2 son instalaciones técnicas, 9.132 m2 son de aparcamiento y 8.132 m2 de servicios, incluido un auditorio. Además del cuartel general de Agbar, la torre alberga las oficinas barcelonesas de la compañía tecnológica Bull.