Hace ahora año y medio, Rolls Royce daba a conocer un atractivo prototipo (cupé, dos puertas y cuatro asientos) con ocasión del Salón del Automóvil de Ginebra. Una noticia extraña, pues la legendaria marca británica no ha sido nunca muy dada a los concepts car. El coche, de nombre 101EX, se basaba en la lujosa berlina Phantom, lanzada al mercado en el año 2003. En su momento, el fabricante aseguró que nunca realizaría un modelo como este de serie, pero como rezaba el título del último Bond de Connery, Nunca digas nunca jamás. Al final, el grupo BMW, al que pertenece la firma británica, ha dado luz verde a la fabricación de este automóvil (siempre y cuando podamos catalogar como de serie la genuina manufactura de la casa). Se trata del segundo prototipo que presenta Rolls-Royce desde que pertenece al grupo alemán; el anterior fue el 100EX, nombre que se toma del primero que se diseñó: el 1EX, en 1919, basado en el Silver Ghost.