Fernando Alonso consiguió subir al podio en el Gran Premio de Brasil, quedando por detrás de los Red Bull, lo máximo a lo que su equipo podía aspirar en el circuito de Interlagos. Una carrera en la que Mark Weber se despedia de la F1 con un segundo puesto y Sebastian Vettel conseguia su novena victoria consecutiva, 13ª victoria de la temporada.