Grandes y pequeños grupos industriales en los últimos meses se han desprendido de su patrimonio inmobiliario para obtener liquidez o para destinar todos sus recursos a su negocio principal. Muchas de estas transacciones se han instrumentado como un sale & leaseback, fórmula que permite a las compañías seguir ocupando los inmuebles en alquiler, lo que ofrece una mayor seguridad a los inversores. Entre estas operaciones destaca la venta de la sede de Danone, que fue adquirida por las familias Portabella y Botton, accionistas de la filial española de la multinacional. En los últimos años también han vendido sus sedes grupos como Panrico, Codorníu, Gallina Blanca Star, y casi todos los Bancos y Cajas.