Durante cuatro días se pudo probar en Madrid los sabores distintivos de la gastronomía checa, que sigue fiel a productos locales de gran calidad y a recetas tradicionales donde son muy características las sabrosas y especiadas sopas, una gran variedad de carnes y salsas, y una deliciosa repostería casera. Sus célebres cervezas y una selección de aperitivos típicos serán parte de la degustación.