En 1927, cuatro entusiastas de los deportes del motor decidieron organizar una competición accesible a cualquier buen piloto. Sólo coches deportivos de conocidas casas que no hubieran sufrido modificaciones tendrían derecho a estar en la línea de salida en una carrera llamada Mille Miglia: Brescia-Roma-Brescia. 1000 millas, 1600 kilómetros de carreteras que se convirtieron en el evento para los mejores pilotos y las manufacturas de coches más prestigiosas. Un fascinante rally de coches antiguos que emociona a miles de espectadores y es conocida como “la carrera más bella del mundo”.