A partir de ahí, el empresario supo vadearse en el mundo de la empresa con la maestría de un torero de postín y la astucia del más hábil cazador. Don Amancio es uno de esos calvos a los que las mujeres consideran atractivos: no se les ve como carentes de una nutrida cabellera, sino como dueños de una frente espaciosa que permite un rostro más diáfano y unos ojos carentes de sombras. La imagen de este triunfador no se conoció hasta 1998 y son escasísimas las fotos que han seguido a aquella. Desde no hace mucho, la afición de su hija Marta por la hípica le llevó a construir el complejo hípico Casas Novas en Arteixo, cerca de La Coruña, lo que ha permitido que el objetivo lo capte en ocasiones. No está por la fama, sino por el prestigio. Como el mejor almirante, este estratega despliega sus naves y se hace a una mar embravecida en la que un sinfín de tiburones lucha por el triunfo. Hasta ahora ha regresado victorioso.
Aunque tiene tres hijos -Marcos y Sandra, de su primer matrimonio, y Marta, de su segundo enlace-, hay un nombre, Zara, que, aunque no corresponda a un ser humano, lleva su sangre, tanto es lo que ha dejado en ella. Y es que, como «padre», supo crear una especie de hija modelo, incapaz de darle un disgusto. La primera tienda con ese nombre se abrió en La Coruña en 1975. Poco después se creó Goasam y, cuatro años después, Inditex (Industrias de Diseño Textil), que cuenta con 3.215 tiendas. En 2001 salió a Bolsa. La primera Zara en el extranjero se inauguró en Oporto (Portugal) en 1988. Ese nombre relampaguea en neón en 64 países y no de cualquier manera. No vale únicamente el poderío económico para ir de Europa a Asia, de América a Oriente Medio. Es obligado contar con un gran edificio en la mejor calle de la ciudad; de hecho, en Tokio se tardaron 3 años en instalarse esperando el lugar adecuado.
El imperio contraataca
En 30 años, Amancio Ortega ha creado un imperio que, al margen del negocio textil, ha alcanzado el sector financiero, el de la construcción y el automovilístico. Como persona cultiva el enigma sobre su intimidad, pero sería glorioso verle presidiendo una reunión de empresa o escucharle sobre cuestiones de la vida. No resulta difícil imaginarlo con la seguridad inamovible de quienes saben lo que quieren. No todo han sido mieles, pero lo indudable es que Zara debió y debe su rotundo éxito al hecho de comercializar las tendencias de máxima moda. La clientela puede estar segura de que el comercio en el que entra está al cabo de la calle de las más recientes novedades antes de que oficialmente se inicie una nueva temporada. Hubo un tiempo en el que la ropa era especialmente para las muy jóvenes. La colección «Woman» constituyó otro gran acierto, ya que está destinada a mujeres que no lo sean tanto. Zara cuenta ya con tiendas para niños y caballeros.
Nadie que compra en ellas es observado como falto de recursos económicos para otras marcas. No es raro ver a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, y a Carmen Calvo, presidenta de las Cortes, luciendo prendas confeccionadas en las fábricas de don Amancio, el empresario que sabe salir de todos los problemas. Los ultraortodoxos judíos protestaron porque en ciertas prendas había una mezcla de algodón y lino, lo que suponía un «grave pecado» para ellos. Aunque exista gente que crea con firmeza que Dios no tiene otra cosa que hacer que preocuparse por problemas de este tipo, Inditex reaccionó con rapidez y aseguró que Israel se vería liberada de la susodicha mezcla.
De la vida privada del empresario se sabe lo justo. De su primera mujer tuvo dos hijos, Marcos, que sufre una discapacidad psíquica, y Sandra, que ya le ha hecho abuelo. Su segunda boda se celebró en 2002. La nueva esposa es Flora Pérez, una empleada que trabajaba en Bershka, tienda por la que empezará sus prácticas Marta Ortega, que, aunque destinada a importantes destinos, por deseo de su progenitor empezará desde abajo. En esta decisión, puede primar no sólo que el empresario comenzó así, sino que, hombre muy dado a la familia, desee que su hija pase por la firma en la que estuvo su madre.
Don Amancio forma parte de la Fundación Paideia, creada por Rosalía Mera para ayudar a los discapacitados. Él ha creado la Fundación que lleva su nombre, destinada a promover actividades culturales, educativas y de investigación. De hecho, siendo ministra de Cultura Pilar del Castillo, adquirió, por tres millones de euros, 470 piezas pertenecientes a Mariano Fortuny, en dación de pago de impuestos por parte de Inditex. En 2001 se publicó que el Grupo regalaba a sus trabajadores el 0,7% de sus acciones. Inditex cuenta con Zara, Bershka, Pull&Bear, Oysho y Zarahome. Massimo Dutti fue adquirida en 1995, y Stradivarius, en 1999. Cuando Gabriele Burgio le vendió M. Dutti, afirmó que del comprador le impresionó «lo accesible que es como persona y el liderazgo que transmite». A principios de julio, Inditex hizo saber que abrirá 500 nuevas tiendas, y que para 2010 prevé usar un 50 por ciento de energía renovable. Esto, por ahora. El niño que sólo realizó estudios primarios se reveló como un genio del mundo de los negocios. Su empresa habla por él. Don Amancio sabe, pero no contesta.
Fuente: Trinidad de León Sotelo