La anciana de 87 años, fallecida el año pasado, adjuntó a su testamento en 2003 un anexo en el que precisaba que la parte de su fortuna que no legó a su mascota y a algunos familiares debía destinarse a obras benéficas destinadas "al cuidado y bienestar de los perros". Poco después de la muerte de la multimillonaria se supo que había desheredado a dos de sus cuatro nietos argumentando únicamente que "ellos saben por qué". Finalmente, una jueza de Nueva York decidió recientemente retirar 10 de los 12 millones legados a Trouble y repartir parte de ellos entre los dos nietos desheredados al considerar que la multimillonaria no estaba en plenas facultades cuando elaboró sus últimas voluntades.