De forma irregular, color blanco y con un precio de lujo, "Il Tartufo bianco piamontés", la trufa blanca, es la joya del Piamonte en Italia. El Tuber magnatum es la más apreciada por los gastrónomos del mundo entero y la que alcanza los precios más elevados del mercado. Su precio por un kilo vale entre 3.000 y 6.000 euros. De ahí su nombre de "Oro blanco". Las trufas blancas de Italia se venden a un precio diez veces más caro que la trufa negra de Francia. Gastronómicamente, la trufa blanca italiana goza de más prestigio que la negra de Périgord. Tiene una superficie suave, de color ocre pálido o ligeramente amarillenta y la pulpa presenta un color marrón claro con vetas finas. A diferencia de la trufa negra, la trufa blanca no se pueden cultivar, sólo se conservan frescas unos pocos días, y crecen exclusivamente en el intervalo que va de octubre a enero en una reducida área geográfica (siete demarcaciones de Italia más una de Eslovenia); algunos años se encuentran en grandes cantidades, mientras que en otros apenas hay ejemplares. Su sabor no es pronunciado, pero, en cambio, es aroma en un noventa por ciento. Su peso es variable, son trufas de unos 40 hasta unos 300 gramos. Crece entre el final de verano y la entrada del invierno. La trufa blanca es muy sensible al calor y pierde su aroma al cocinarla. Es por este motivo por el que generalmente se utiliza fresca, rallada por encima de platos de pasta o huevo.
Estas navidades se celebro la tradicional subasta internacional de il tartufo bianco, una subasta que se celebra simultáneamente en Roma, Moscú, Londres y Macao. Este año salieron a la venta 50 kilos del preciado tubérculo por los que se recaudaron 850.000 euros. El record lo obtuvo una truba de 1,2 kg que el Chino Hu (una de las 10 mayores fortunas del mundos y propietario de 20 casinos en la isla de Macao) compró por 250.000 dólares.