Diferencia entre diamante y brillante
• El diamante es el mineral en la forma bruta mientras que el brillante es un tipo de corte para uso en joyería, orfebrería y otros.
• El diamante es un mineral constituido por carbono purísimo cristalizado, es el mineral más duro que se conozca y es inatacable por los agentes químicos y no se puede fundir.
• El corte a brillante, presenta una forma redonda y se divide en dos parte que es la corona y el pabellón dividido por un cintillo en total tiene 56 facetas; 32 facetas en la corona (parte superior) más la mesa y 24 facetas en el pabellón (parte inferior) más el colete. Se puede concluir diciendo que un diamante está cortado normalmente a brillante para resaltar sus propiedades.
Varias características lógicas como son: el tamaño, el color, la pureza, la forma y que interiormente no tengan fracturas. Esta selección hará de estas piedras la calidad llamada gema, a las que posteriormente se le dará la talla que corresponda más a su forma primitiva, para evitar la disminución del tamaño después de su tallado. El resto de diamantes que no cumplan esas condiciones serán destinados a usos industriales, como brocas, taladros especiales, cortadores de cristal, grabadoras, etc.
Los diamantes negros proceden del espacio:
Se llaman diamantes Negros a los diamantes que no son verdaderamente negros, pero que contienen numerosas inclusiones oscuras que le dan a la gema su apariencia oscura.
Según las últimas hipótesis los diamantes negros se habrían formado fuera de nuestro planeta, en el espacio exterior, debido a la explosión de una supernova, y posteriormente, después de viajar por el espacio interestelar, habrían colisionado con la Tierra.
La primera cuestión a resolver fue averiguar el motivo de que los diamantes negros o carbonatados solamente se puedan encontrar en dos ubicaciones de nuestro planeta. La conclusión alcanzada fue que éstos llegaron a la Tierra entre dos mil seiscientos y tres mil ochocientos millones de años. Recordemos que, en esa época, tanto nuestro planeta como la Luna era bombardeados constantemente por rocas, meteoritos, etc., del espacio exterior. En esa época, África y América del Sur constituían un único continente, lo que explicaría que sólo se encuentren diamantes negros en esas ubicaciones. Una de las bases científicas en las que se apoya la hipótesis es que, al analizar los diamantes negros o carbonatados a través del sincrotrón de infrarrojos del Laboratorio Nacional de Brookhaven, en Nueva York, descubrieron que los picos de los diamantes negros son substancialmente ricos en hidrógeno y nitrógeno, hecho que fue considerado como una evidencia de su proveniencia del espacio (el espacio exterior o interestelar es altamente rico en hidrógeno y nitrógeno). Las medidas espectrales muestran una extraordinaria similitud entre las obtenidas a partir de los diamantes negros y las obtenidas a partir de los diamantes encontrados en meteoritos o en los observados fuera de nuestro planeta.
Por todo esto los cientificos aseveran que el polvo de diamante se pudo convertir en parte de una nube de gas y de polvo, pasando a condensarse posteriormente en el viaje hasta nuestro Sistema Solar. En definitiva, que los diamantes negros ni se han creado en las entrañas de la Tierra, ni proceden de los impactos de meteoritos, sino que se habrían originado a partir de su formación en nubes interestelares, en las que residen altas concentraciones de carbono y de hidrógeno. Estas nubes interestelares se ven frecuentemente sometidas a las terribles ondas de choque de las explosiones de las supernovas y, consecuentemente, a altísimas temperaturas y elevadas presiones con capacidad suficiente para poder crear diamantes negros de pequeñas y grandes dimensiones -como un asteroide- que, después de vagar por el espacio interestelar, habrían acabado colisionando y fragmentándose sobre nuestro planeta en la era primigenia.
Descubrimientos recientes de “nanodiamantes” viajando en el espacio, además de haber localizado, por primera vez, un resplandor de color rojizo (bastante difícil de localizar anteriormente por su baja intensidad) nominado como “ERE”, Emisión Roja Extendida. Según los científicos, este resplandor indica que, cuando los fotones de enorme energía prenden un material semiconductor (por ejemplo, los diamantes), emiten y generan una luz roja fotoluminiscente. Este tipo de resplandor se ha localizado en nebulosas planetarias de reflexión y emisión; también, en nuestro Sistema Solar, en nubes de polvo y en el interior del gas interestelar de nuestra propia Vía Láctea. Este hecho, además de ratificar la hipótesis de Haggerty, también explicaría la peculiar luminiscencia de los diamantes negros, que proviene de los halos radiactivos presentes en las inclusiones de los mismos.
En resumen, Haggerty y Garai concluyen que el origen de los diamantes negros es extraterrestre. Además de las conclusiones, bases científicas y experimentos realizados con ellos, también nos propone que la alta porosidad de los diamantes negros sería muy difícil de explicar en las condiciones en las que el carbón, sometido a la altas temperaturas y presiones, se convierte en diamante en las profundidades de nuestro planeta, como ocurre con los diamantes convencionales que podemos encontrar en los yacimientos conocidos. En la fase en la que el carbón queda atrapado -en su forma gaseosa- en rocas y en profundidades de más de ciento ochenta kilómetros por debajo de la corteza terrestre, ninguno de ellos presenta la característica porosidad de los diamantes negros.
Las conclusiones finales de Haggerty y Garai podemos encontrarlas en el artículo que se publicó en la revista de divulgación científica The Astrophysical Journal Letters, 653, L153 (2006), el 20 de diciembre del 2006.
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Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Diamante
http://iopscience.iop.org
http://joyaestilo.es