El éxito de Azzaro reside en la joven diseñadora argentina Vanessa Seward, quien se adentró en el mundo de la moda de la mano de uno de los más grandes, Karl Lagerfeld. Nueve años con él y un periodo en Yves Saint Laurent al lado de otro genio, Tom Ford, formaron el privilegiado background de
Vanessa Seward antes de llegar a casa de moda Azzaro. Empezó a trabajar con el maestro Loris Azzaro hasta que en 2006 pasó a ser la directora creativa de la firma, respetando el estilo de su mentor pero con una visión comercial que le ha valido el apoyo de crítica, público y celebrities.
Hija de un embajador, nació en la Argentina y a los dos años se fue a vivir a Londres; después regresó a Buenos Aires por unos años más y desde el '81 está en París. El universo de la moda estuvo presente en su vida desde chica: su madre fue vendedora en la maison Azzaro a fines de los '80; tiene un hermano diplomático, una hermana que le dio cuatro sobrinos y otra que es estilista en Londres. Estudió moda en el Studio Berçot, hizo su primer stage en Chanel y allí se quedó nueve años en el departamento accesorios. "Era una verdadera familia -cuenta-. Alrededor de Karl Lagerfeld estaban Gilles Dufour y Victoire de Castellane, hoy directora de la sección joyas de Dior. Nos divertíamos como locos. Todo era bello y fastuoso".
En 2000, Vanessa se fue de Chanel para desembarcar en Saint Laurent, donde trabajó con Tom Ford. "Tiene una visión sexy de la mujer y un gran sentido del marketing", dice. En noviembre de 2002 llegó a la casa Azzaro y tuvo la suerte de trabajar con el gran Loris. Le enseñó los códigos de la maison fundada en 1968: los drapeados de jersey, las lentejuelas, los strass, los lamés y los escotes vertiginosos en la espalda. En 2003, Azzaro murió y desde entonces ocupa el puesto de directora artística en el 65 Faubourg Saint Honoré de Paris.
Fotos:Azzaro
