Detrás del maestro de ceremonias y de dos "asistentes femeninas", vestidas con traje de gala y con gorras marineras, los reyes y sus acompañantes entran en la sala principal del ayuntamiento, donde ya se encuentran los comensales.
Este año el rey Carlos Gustavo entró del brazo de la Premio Nobel Françoise Barré-Sinoussi, la reina Silvia con el presidente del Consejo de la Fundación Nobel, Marcus Storch, y la princesa heredera Victoria con el premiado en Química, Martin Chalfie.
Finaliza tras el brindis del rey en honor de Alfred Nobel.
1.300 invitados disfrutaron este año de un menú compuesto de: lenguado con mariscos suecos, hinojo y eneldo; filete de ternera acompañado de verduras de temporada y terrina de patatas y, de postre, peras "Bella Hélène", vino blanco austríaco, y vino tinto y champagne franceses.
La cocina la dirige Gunnar Eriksson, que junto con 30 chefs se encarga de realizar los platos y 230 camareros la sirven a las más de 60 mesas dispuestas en filas paralelas y en perpendicular a la principal, que atraviesa todo el "salón azul" del Ayuntamiento de Estocolmo.
Las mesas están vestidas con 470 m. de tela de lino y con la vajilla diseñada en 1991 para el 90 aniversario de los Nobel, con 7.000 piezas de porcelana, 5.000 vasos y 10.000 cubiertos de plata.
Para la decoración se utilizan más de 10.000 flores -claveles, rosas, hortensias, lilas y tulipanes- y 6.000 plantas.
Como entretenimiento, pequeñas interpretaciones musicales a cargo de la compañía "Orion", intercaladas a lo largo del banquete.