Consumado el rito iniciático de la pólvora, el centro de Pamplona se convirtió en un mar de pañuelos rojos y en un gigantesco surtidor de vino y otras bebidas, cava en particular, con las que muchos de los presentes no dudaron en regarse.
El chupinazo, abre la semana de los sanfermines. Los sanfermines de Pamplona, dieron sus primeros pasos tras el lanzamiento del chupinazo y el descorche de las botellas de rigor. Serán siete días de locura, con los peligrosos encierros retando cada mañana a corredores profesionales e improvisados. «Pamplonesas, pamploneses, ¡viva San Fermín!. Con estas palabras y el encendido de la mecha del cohete comenzaron a las doce del mediodía unas fiestas inigualables.
Consumado el rito iniciático de la pólvora, el centro de Pamplona se convirtió en un mar de pañuelos rojos y en un gigantesco surtidor de vino y otras bebidas, cava en particular, con las que muchos de los presentes no dudaron en regarse.