Se trata de especies que son difíciles de encontrar en el mercado, por lo que se vuelven exclusivas y al alcance de muy pocos. Debido a su carácter único, son ideales para ser regaladas en ocasiones muy especiales, como el día de San Valentín o un aniversario, o en momentos en los que simplemente se quiere sorprender y agasajar a una persona querida.
Generalmente las flores más lujosas que se pueden regalar en la actualidad son las orquídeas, joyas de la naturaleza con sinuosas y muy distintas formas que pueden llegar a alcanzar precios desorbitados. Las rosas de tallo largo, sobre todo las bermellón y las níveas, son también muy costosas. Y tampoco se puede olivar el bulbo de tulipán del siglo XVII, símbolo de distinción y elegancia que, en su versión de color amarillento con ramificaciones bermejas, ha llegado a costar 400.000 euros en subasta.
Orquídeas y rosas, las reinas de la opulencia.
Las orquídeas son de naturaleza extravagante y salvaje, propias de regiones de América Central y del Sur, además de otras áreas específicas del Pacífico Asiático. Sus extravagantes diseños son expresión de sus orígenes exóticos y conquistan el corazón de todas las personas. Por su condición delicada de cultivo (el periodo de floración en ocasiones puede llevar años), sus precios se encarecen y pueden llegar a dispararse, como es el caso de la orquídea Oro de Kinabalu propia de Malasia, cuyo precio ronda los 6.000 dólares por ejemplar. Otra preciada orquídea es la Shenzhen Nongke, de una original belleza inigualable, creada artificialmente por un grupo de especialistas chinos botánicos que tardaron ocho años en producirla y que le han dado su nombre.
En el caso de las rosas, la llamada Rosa Juliet es famosa por su alto coste, ya que un ramo puede llegar a costar 150 dólares. Esta especie nació 2006 a manos de un floricultor londinense de Chelsea que invirtió 15 años para crearla y 6 millones de dólares.
La exclusividad de la flor de azafrán y la flor de Kadupul.
Hay otras flores que son menos comunes en el mercado floricultor, como es el caso de la flor de azafrán, que con unos voluminosos pétalos violáceos y un centro dorado formado por estambres que dan lugar a una de las especias más prohibitivas, el azafrán, se convierte en una de las más bellas y peculiares del mundo.
Por último, la flor de Kadupul está reconocida como la flor más cara y valiosa del mundo, ya que su precio es inestimable a causa de su fragilidad y su fugacidad de vida. El origen del Kadupul es la isla de Sri Lanka, el antiguo Ceilán, y su tiempo de vida es sumamente corto. Florece sus blancos y puros pétalos a medianoche y muere en la siguiente noche.