La joya fue adquirida por un coleccionista privado que pujó en la sala. La joya, de 3,2 por 2,5 centímetros, perfectamente tallada en citrina, un mineral transparente de la familia del cuarzo y color limón, representa el busto en perfil del monarca español con las iniciales AE o AF grabadas en el hombro. El camafeo está engastado en un marco ovalado de oro y esmalte negro, y guardado en un estuche de cuero con una placa en la que aparece la siguiente frase en inglés: 'Camafeo delicadamente tallado de Felipe II de España. Siglo XVI, de las colecciones de Arundel y Marlborough'.
Antes de entrar en la colección del Duque de Marlborough, el camafeo formó parte de la colección de otro aristócrata, Thomas Howard, decimocuarto conde de Arundel, cortesano de Jacobo I y de Carlos I, mecenas y apasionado coleccionista.
Felipe II atrajo a su corte a algunos de los artistas más importantes de su tiempo y su imagen circuló ampliamente por toda Europa. Los camafeos fueron durante el siglo XVI objetos muy valiosos que se regalaban con frecuencia a familiares o cortesanos leales.