La grabación de Monroe se rodó con una cámara superocho, dura dos minutos y muestra escenas de la protagonista de 'Niágara' en Estados Unidos bromeando con sus compañeros de reparto Tony Curtis y Jack Lemmon.
Un oficial de la Armada estadounidense, que había sido invitado por Monroe durante el rodaje de 'Con faldas y a lo loco', grabó las escenas, que permanecieron olvidadas hasta que una hija del militar, tras la muerte de éste, las descubrió entre sus posesiones.
La película se ganó un puesto destacado entre las comedias de Hollywood pero también pasó a engrosar la leyenda de los caprichos de la actriz, quien llegaba tarde y sin saberse sus diálogos o los olvidaba, y traía de cabeza a la producción de United Artists con sus peticiones, como que se rodase en color, o sus negativas, como la de adelgazar diez kilos.