Günter comenzó a implantar este tipo de alojamientos en Suiza en 1996 (Davos, Engelberg, Gstaad y Zermatt, todas en Suiza, y en Zugspitze, en Alemania).
Las habitaciones estarán equipadas con materiales especiales para las bajas temperaturas que se registran en su interior, entre cero y cuatro grados. El visitante deberá pasar la noche en sacos de dormir especiales, capaces de mantener el calor generado por el cuerpo humano. El hotel también contará con dos "jacuzzis", uno público y otro privado, un salón de té, un restaurante con un aforo para sesenta personas y un bar para cien personas, donde se ofrecerá vino caliente y "fondues" de queso.