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Bentley Continental GTC V8S, el Cabrio más bonito del mundo

Desde que viera la luz en el año 2003, este Bentley ha sufrido pocos cambios estéticos, y sigue siendo lo que podríamos llamar un “clásico” dentro de la marca. Lo mires por donde lo mires, el clasicismo británico está presente en todo el conjunto, desde el frontal, presidido por esa enorme y mítica parrilla que en las versiones S es negra y no cromada, donde vemos también unos faros circulares de nuevo diseño que incorporan luces diurnas tipo LED, pasando por el lujoso y exquisito interior, guarnecido con las mejores maderas y pieles, o por su parte trasera consolidada ya como un sello de distinción Bentley.   

La capota de lona de este Bentley tiene tres capas de tejido reforzado, se despliega en menos de 30 segundos, y sin duda alguna es la que le otorga ese aire retro y sello de identidad a este coche. El nivel de insonorización es perfecto con la capota cerrada, pues no se escuchan sonidos que provengan de la misma en ningún momento, incluso a altas velocidades. El accionamiento de la capota puede hacerse en marcha, siempre y cuando no se superen los 32 km/h.

El Continental GTC V8S engaña muchísimo, ya que tras una carrocería elegante se esconde todo un deportivo. Te permite viajar, conducir para disfrutar del sol y del viento, pero sabes, que si se lo pides, el poderoso V8 que hay bajo el capó delantero cumplirá con su cometido, y todos sus elementos te harán disfrutar de la conducción de un deportivo con cuerpo de berlina.

Configurado como un convertible para cuatro plazas, las traseras cuentan con dos sendos butacones que aseguran el confort de los pasajeros, que disfrutarán igual o mejor que el conductor y el copiloto de la sensación de circular a cielo abierto.

Cuando te sientas en un Bentley, es como si entraras en el universo del lujo, en un mundo en el que la calidad, el cuidado de todos los detalles se eleva a la enésima potencia. Tenemos que destacar que todos los Bentley se fabrican a mano y de forma artesanal con los mejores y más exclusivos materiales puestos a disposición de la marca para sus clientes en forma de verdaderas obras de arte como los son cada y uno de los Bentley que salen de la factoría de Crew.

Entramos en nuestro GTC, y lo primero que nos llama la atención es la preciosa combinación del interior en color azul y blanco, cuyo contraste con el azul Portofino de exterior y la capota es perfecta. Los asientos llevan bordados en los reposacabezas los logos de Bentley, como un sello más de distinción. Bajo estos, en los asientos delanteros encontramos el sistema de calefacción para el cuello, otro detalle más de la larga lista de gadgets con los que puedes equipar a este coche. Estos asientos están dotados de un sistema de ventilación, calefacción, función de masaje y números reglajes para poder ofrecer una cómoda posición de conducción. 

El volante de piel tiene un tacto exquisito, es multifuncional e integra dos enormes levas que controlan el cambio automático, para nuestro gusto es algo grande, pero es acorde al tamaño del coche. 

El cuadro de mandos, agrupa toda la información en dos grandes esferas, separadas por una pantalla intermedia, que hace a la vez de ordenador de a bordo. En el centro de la consola, bajo el mítico reloj firmado por Breitling, y las dos salidas que emulan a los antiguos modelos de Bentley, encontramos una pantalla de 8” táctil, desde la que se puede manejar, no solo la configuración del coche, sino el navegador, el sistema multimedia, de sonido o el teléfono. En la parte más baja, encontramos el selector del cambio que también puede ser utilizado desde las levas fijadas a la columna de dirección, y junto a este, el botón de start/stop y el mando que acciona la capota.

El corazón de este coche, que tiene su origen en Audi, es un motor de gasolina de 4 litros, y doble turbo, que rinde la friolera cifra de 528 CV y ofrece una envidiable cifra de par máximo de 680 Nm. Con esto, es capaz de acelerar de 0 a 100 Km/h en tan solo 4,7 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 308 Km/h.

Este propulsor, es el mismo que monta Audi en sus versiones más radicales las RS, y destaca, no solo por su buen comportamiento sino por el sonido celestial que sus escapes deportivos (opcionales en esta unidad) nos dejan escuchar. Pues bien, si en los Audi ya sonaba bien, en este Bentley suena todavía mejor, tanto, que estás deseando entrar en un túnel para dar rienda suelta a todo el poderío del motor, y escuchar lo que es este V8 cuando sube de vueltas.

Este motor equipa un sistema que funciona en beneficio del consumo y para ello, desconecta cuatro de los ocho cilindros de forma puntual cuando circulamos por ciudad, o bien a una velocidad constante de 100-120 Km/h. Con esto, la marca asegura poder ahorrar un 40% de combustible. Claro está que hablar del consumo en un coche así quizás no sea del todo oportuno, pero hemos de pensar que Bentley está muy a la vanguardia en lo que a temas de contaminación y normativas de emisiones se refiere.

Nosotros durante nuestra prueba y teniendo en cuenta que hicimos una ruta mixta entre carretera, autopista y puerto de montaña, conseguimos una cifra de 12,3 litros, nada exagerado para el potencial de este Bentley.

El cambio automático de 8 velocidades es rápido y muy efectivo a la hora de conducir de forma deportiva. En carretera y autopista es un cambio automático que funciona de maravilla, ya que apenas se notan los cambios entre marcha y marcha. En conducción un tanto más deportiva, demostró durante la prueba ser más que efectivo y sobre todo muy preciso. 

Para la preparación dinámica de este Bentley, así como de toda la Gama V8 y V8S, la alianza con Audi ha sido notoria, ya que no solo el motor es de su origen, sino otros elementos como la tracción integral que cuenta con diferencial Torsen y un reparto del par de 40:60, inicialmente, pudiendo llegar hasta un 80:20.

Otro de los elementos que garantizan ese toque de deportividad a todo el conjunto, es la suspensión neumática (CDC), que cuenta con diferentes grados de dureza que se controlan desde la pantalla alojada en la cónsola, por lo que con tan solo pulsar un botón podemos cambiar el tarado de la suspensión en función de la comodidad o deportividad que deseemos dar a nuestra conducción. 

El conjunto formado por chasis, suspensión neumática y tracción integral, es más que suficiente para garantizar la enorme capacidad de tracción de este Bentley, cuyo peso se acerca a las dos toneladas y media. El calzado, en este caso con unas enormes y preciosas llantas de 21”, contribuye en buena medida a ello también.

Es impresionante como se agarra este coche en las curvas, quizás, y esto es obvio, su peso es lo único que te hace pensar lo que llevas entre manos.

Para detener a este titanic de la carretera, Bentley recurre a un equipo de frenos descomunal, con unos discos de frenos de 405 mm en la parte delantera y de 335 mm para la parte trasera. Tienen un buen tacto y la verdad es que son bastante infatigables, al menos durante la prueba que realizamos así lo demostraron.

Siempre decimos que hay coches que se sienten cuando los conduces, y el Bentley Continental GT V8S es uno de ellos, además, es cuando lo descapotas cuando mejor percibes la sensación de libertad, la sensación que transmite todo el conjunto.

Escrito por, Miguel Angel Solá

Agradecimientos

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• Fotografías: Cristobal Arjona - Luxury News