Gastrovino, fruto de una interesante investigación organoléptica desarrollada por Ruscalleda y Adell, se consolida como un concepto gastronómico que recupera y consolida el valor del vino en nuestra gastronomía. En 2009, la única mujer en el mundo que ostenta cinco estrellas Michelín apostó por Alcorta para crear una gama de productos gourmet con los que recuperar una de las tradiciones más arraigadas de nuestra gastronomía, el vino, y sus aplicaciones en la cocina contemporánea. Dicho con sus palabras, “pretendíamos tener un bebé y tuvimos trillizos, ya que de esta unión creamos tres productos antes inexistentes y de gran valor gourmet, ya que con ellos nació el vino comestible: Arrope de fruta y verdura, Confitura de pimiento piquillo y Agridulce de frutos secos”. Según la propia Carme, “el proyecto inicial gozó de gran repercusión, y personalmente obtengo gran satisfacción cuando el público te comenta su experiencia con los tres productos, cómo cada unos de ellos ha inspirado más combinaciones de las que nosotras aconsejábamos”.