En razón de su edad, y de su elaboración artesanal y natural, algunas botellas podrán tener sedimentos. Esto no afectará ni a la complejidad de sus aromas, ni tampoco a su gusto y disfrute.
Debido a que estas botellas han estado reposando en las bodegas a una temperatura constante, y en los que existe, de forma natural, una alta humedad regulada por los mohos que la ceden o absorben —según las necesidades ambientales de la bodega— las botellas pueden acumular moho y polvo.
Igualmente por el hecho de que estas botellas se han llenado a mano y han estado envejeciendo durante muchos años, la altura del vino en su cuello siempre es irregular, aunque sean vinos de la misma añada. Estos vinos se han embotellado, lacrado y etiquetado a mano. Han reposado envejeciendo en las bodegas durante muchos años y conservan el polvo acumulado. Se valora el aspecto exterior como una prueba adicional de su verdadera edad, por lo que no se suele intentar encubrirlo ya que no repercutirá en la calidad ni en el disfrute de un Gran Reserva.
Después de comprar el vino se debe dejar en reposo durante, al menos, una semana, preferiblemente en un lugar silencioso, oscuro y fresco. La temperatura y humedad de conservación deberán ser constantes. Humedad entre 70- 80% y temperatura entre 18-20º C.
Aunque se decante el vino, se recomienda dejarlo reposar al menos durante una hora antes de beberlo y servirlo muy cuidadosamente, procurando no mover la frasca de decantación. Si decide no decantarlo se deberá dejar reposar la botella verticalmente durante una hora, de forma que los posibles sedimentos queden en el fondo. La botella se debe abrir con sumo cuidado, pues el corcho después de los años pierde adherencia, y servir despacio, asegurando el menor movimiento de la misma.
Fuente: Bodegas R. lópez de Heredia