Con solo acceso para 10 invitados estas pequeñas tiendas en forma de cúpula te ofrecen una sala/dormitorio con estufa de madera, increibles vistas y un spa para que te relajes completamente.
Las habitaciones del hotel podrían definirse como iglús de alta tecnología pues se encuentran cubiertos de telas blancas o verdes, según la temporada. Por ejemplo, durante el invierno, se cubre al iglú con una tela blanca lo que le permite camuflarse con el blanco paraje de la zona. Durante el verano, el verde es el color preponderante y por eso se cubre al iglú con una tela verde. Sobresale por encima de la habitación una pequeña chimenea.
Después de pasar una tarde esquiando, los chefs del hotel harán disfrutar a su paladar con exquisitos platos hecho con ingredientes locales.
Precio promedio de 300 euros/noche.