“Desde que organizamos la primera prueba del Red Bull Air Race en el corazón de una ciudad – Budapest en este caso – en 2004, llevar el campeonato a Nueva York ha sido nuestro principal sueño”, ha añadido Loidl. Después de que 500.000 espectadores presenciaran en directo esa carrera disputada a orillas del río Danubio, Loidl y otros altos cargos de la organización confeccionaron una lista de posibles ciudades adonde se pudiera llevar el campeonato y Nueva York fue la primera en la que pensaron. “Nueva York tiene un aura muy especial y organizar una carrera aquí marca un hito importantísimo en la historia del Red Bull Air Race. Ésta es una ciudad con un enrome atractivo y unos activos imposibles de ignorar. Todo el mundo considera a Nueva York como un icono y como una de las ciudades que se han de visitar, al menos, una vez en la vida”.
La carrera de Nueva York es, sin duda, un momento clave en la singladura del Campeonato Mundial Red Bull Air Race. La de la Gran Manzana será la 49ª prueba en la historia del certamen. El rápido crecimiento de este deporte se ha reflejado en los diversos eventos en los que se han llegado a reunir hasta 1 millón de personas, como el de Rio de Janeiro en 2007. Las pruebas que se han celebrado en España, Australia y Portugal en los últimos años han atraído a 800.000 espectadores cada una en los Días de Carrera, superando holgadamente las cifras de asistencia de público de cualquier otro evento deportivo. No es de extrañar que, con estos datos, haya crecido exponencialmente el número de ciudades que han solicitado ser la sede de una carrera del Red Bull Air Race gracias, en parte, a la inyección y el estímulo económicos que generan las carreras allá donde van, con un valor estimado de unos 100 millones de dólares brutos.
Por otro lado, cada vez hay más cadenas de televisión de todo el mundo que están retransmitiendo el campeonato. En los dos últimos años, el Red Bull Air Race ha ganado dos Premios Emmy® del Deporte concedidos por la Academia Nacional de Televisión, Arte y Ciencia de Estados Unidos. En 2009, el campeonato fue seguido por más de 270 millones de telespectadores de 183 países. ”Decir que estamos emocionados por venir a Nueva York es quedarse corto”, ha asegurado Loidl. “Es un lugar muy especial para organizar una carrera”.
Loidl ha añadido que ha habido una serie de requisitos que la organización ha tenido que cumplir para conseguir los permisos necesarios de los diversos estamentos locales y federales. También hubo algunas reservas ante el hecho de llevar a cabo un tipo de competición como el Red Bull Air Race en medio de una de las áreas metropolitanas más grandes del mundo. Pero un grupo notable de funcionarios de ambos lados del Hudson, conjuntamente con la práctica totalidad de autoridades involucradas en el proyecto, se han declarado seguidores incondicionales del campeonato, lo que ha facilitado el desarrollo de los acontecimientos.
“No sé de otro evento del deporte del motor que haya llegado a organizar una carrera en Nueva York”, ha remarcado Loidl. “Eso es debido a la particular fisonomía que tiene Nueva York. Y la ventaja única que tiene el Red Bull Air Race es que llevamos toda la infraestructura necesaria de carreras con nosotros. Y lo que es más importante: después de la carrera, lo desmontamos todo y dejamos el lugar donde hemos estado trabajando igual o mejor que como estaba antes. Otro detalle digno de mención es que, con Manhattan como telón de fondo de la carrera, vamos a disfrutar de una de las mejores panorámicas del mundo. Somos el primer deporte del motor que se ha atrevido a organizar una prueba en plena ciudad de Nueva York, y con la colaboración de las autoridades locales, hemos encontrado la manera de celebrar la carrera”.
Otro factor a favor del Red Bull Air Race, ahora en su sexta temporada como certamen mundial reconocido por la Federación Aeronáutica Internacional (FAI en sus siglas en francés), es la extraordinaria reputación que tiene en ciudades de todo el mundo como Rio de Janeiro, Londres, Barcelona, Berlín, San Diego, Detroit, San Francisco, Oporto o Perth, gracias a una organización de primera categoría y su total compromiso con la seguridad.
“Hemos establecido un nivel de seguridad altísimo durante los años que llevamos organizando el Red Bull Air Race y hemos demostrado a las autoridades de los distintos países en los que se ha celebrado una carrera que disponemos de un equipo extremadamente profesional y que no haremos nada que pueda comprometer la seguridad del evento”, ha añadido Loidl. “Hemos llevado a cabo docenas de carreras a lo largo de los años en pleno centro de grandes urbes de todo el planeta, sobre sus ríos, bahías y costas y hemos alcanzado cotas muy altas en cuanto a seguridad se refiere. En nuestro campeonato, tenemos a los mejores pilotos y siempre estamos pensando en nuevas fórmulas para mejorar la experiencia que supone presenciar una prueba del Red Bull Air Race sin comprometer la seguridad en ningún momento”, ha concluido.