El BMW M4 Cabrio es puro diseño, tan solo hay que ver su exterior, su aspecto musculado, abrupto y esculpido, que opta por líneas muy definidas en aras de conseguir beneficio aerodinámico. En el frontal encontramos la parrilla doble M con el emblema M4, y bajo esta, un imponente faldón que acoge tres enormes entradas de aire encargadas de refrigerar el poderoso motor que hay bajo el abultado capó delantero.
La vista lateral tampoco pasa desapercibida, bien por las preciosas llantas de 19” que albergan en su interior los potentes frenos cerámicos con pinzas M, como por los Air Breather encargados de refrigerar los frenos, o los retrovisores M que son un icono que perdura en los años en los modelos más potentes de la marca.
La zaga, no es menos atrevida que la delantera, así que dispone de un difusor que alberga las 4 salidas de escape, recubiertas de fibra de carbono en es esta unidad y con un sistema de escape Performance que suena como muy pocos coches lo hacen.
La perfecta y atrevida combinación de colores de nuestra unidad de pruebas, comprendida por el Sakhir Orange II para el exterior y el Cuero Merino para interior con inserciones de fibra de carbono ofrecen un conjunto además de atrevido con un look muy deportivo y radical.
BMW es de los pocos fabricantes que siguen apostando por el techo duro para sus versiones cabrio, en este caso, además, la estética una vez cerrado el techo, es muy similar a la de un BMW M4 convencional. Los techos rígidos frente a las capotas, ofrecen mayor aislamiento acústico y térmico, aunque bien es cierto que la mayoría de marcas que utilizan lonas, ofrecen unas capotas de última generación que prácticamente anulan estos dos problemas.
Para dejar el M4 al descubierto, hay que pulsar un botón que encontramos en la consola central, y en tan solo 20 segundos pasamos de tener un M a tener un M descapotable, pudiendo hacer esta maniobra en marcha, siempre y cuando no superes los 20 km/h.
El M4 Cabrio, está configurado como un 4 plazas real, aunque las traseras con el techo en su sitio no son muy cómodas, ya que cuando te sientas, encuentras que la posición de los respaldos de los asientos traseros es demasiado recta, algo que se minimiza cuando lo descapotas. El maletero es otra de las cosas que se penaliza, pasando de 370 litros cuando el coche está sin techo y a 220 litros cuando el techo se guarda en la parte más alta de este.
En el interior todo rezuma deportividad, tan solo tienes que abrir la puerta, para ver que te encuentras ante un BMW muy deportivo. El volante de tres radios incorpora el primero de los logotipos ///M que veremos repartidos por el habitáculo, además de ser multifunción, incorpora dos teclas programables de acceso rápido a configuraciones ///M y lleva integradas las levas para accionar el cambio secuencial.
El cuadro de mandos, acoge dos esferas, que por su tarado numérico ya nos hace ver la versión ante la que estamos. Bajo el cuenta revoluciones, vemos el modo de conducción que llevamos activado en cada momento y que se puede personalizar desde los botones que hay a la izquierda del selector del cambio.
El head up display, es el convencional de cualquier BMW, pero en el momento en el que activas el modo Sport Plus, vemos un cuentarrevoluciones especifico M y un indicador de la marcha que tenemos engranada, así como la velocidad a la que circulamos. Esta información para conducción en circuito es ideal, pues te permite no tener que bajar la vista en ningún momento al cuadro de mandos.
La pantalla de la consola central, como en todos los BMW sirve para manejar el sistema de info entretenimiento, como el navegador, el audio o el teléfono, pero cuenta además con un indicador deportivo que nos muestra la potencia y el par que el motor está entregando en todo momento, y es posible, mediante los servicios BMW ConnectedDrive de BMW, obtener una aplicación muy útil si quieres rodar en circuito denominada BMW M Laptimer, que te ofrece información sobre la conducción como las fuerzas G, el mejor tiempo por vuelta el o el ángulo de la dirección.
Los asientos deportivos recogen el cuerpo a la perfección y disponen de un buen agarre para los apoyos laterales. Gracias a sus reglajes eléctricos es fácil encontrar una buena posición de conducción, y disponen no solo de calefacción, sino de una salida de aire a la altura de la nuca para cuando conducimos sin techo, lo que te permite usar el coche incluso en los días más gélidos. Estos asientos, son dinámicos, es decir, cuando por ejemplo el coche detecta pérdidas de tracción, los laterales se encogen para recoger el cuerpo a la vez que se pretensan los cinturones de seguridad.
La fibra de carbono está presente en el salpicadero, y en la consola central, en la zona que alberga el selector del cambio y el mando iDrive Touch. Junto al cambio hay un botón que nos permite modificar la velocidad del cambio, y a la izquierda encontramos tres botones específicos para modificar los modos de conducción. Tras el iDrive Touch, encontramos el botón para abrir el techo y los dos que accionan la calefacción de los asientos.
En lo que a equipamiento se refiere de serie y opcional, nuestro M4 Cabrio estaba equipado con un elenco de gadgets entre los que encontramos: asientos deportivos con reglaje eléctrico, asientos calefactados, ventilación para la nuca en los asientos, cámara marcha atrás, control de crucero con función de freno, Speed Limit Info, sistema de sonido Surround, Harman Kardon, deflector de viento, climatizador bizona, Servicios Connected Drive, Frenos M de carburo de silicio reforzados con fibra de carbono, Suspensión adaptativa M, faros LED adaptativos, Sistema de Navegación Profesional o el Head-up display entre otros, que hacen una larga suma, para llegar hasta los 122.500€ que cuesta esta preciosidad con este equipamiento. La exclusividad tiene un precio.
Bajo el voluminoso y esculpido capó delantero, tenemos el mismo motor que el M4 convencional, un 6 cilindros en línea BMW M TwinPower Turbo de tres litros de cilindrada, que dispone de una potencia de 431 cv y un par motor de 550 Nm. Este propulsor, brilla por su contundencia, su entrega de potencia lineal y su progresividad. Es como si nunca, y a ningún régimen de giro le faltara potencia, sino más bien lo contrario. Da igual a la velocidad que vayas, si hundes el pie del acelerador en milisegundos, oirás un estruendo por los escapes a la vez que verás como la aguja del cuentarrevoluciones sube a la par que la del velocímetro. Se estira con empuje hasta las 7.500 vueltas, teniendo en cuenta que a 1.800 rpm ya dispones del par máximo.
El cambio de doble embrague M de 7 velocidades con Drivelogic, es el complemento ideal para sacar el máximo de provecho a los 431 cv del propulsor, ya que esta optimizado para ofrecer unos cambios que garanticen en todo momento una tracción óptima al tren trasero. El sistema Drivelogic se puede controlar de forma automática o manual, permitiendo en cada modo ajustar la velocidad de los cambios entre marcha y marcha. Este cambio, además permite la función Launch control, con la que te sentirás como un verdadero piloto tras salir desde parado, literalmente catapultado.
El diferencial activo M, es el complemento ideal para garantizar en todo momento, y sobre todo en conducción deportiva la tracción, ya que hace un reparto inteligente del par entre ambas ruedas traseras, sea cual sea el momento en el que estas puedan llegar a perder tracción. Este sistema funciona al unísono con el Control Dinámico de Estabilidad (DSC).
Otro de los elementos que garantiza en todo momento el perfecto guiado, las trazadas precisas y un alto paso por curva, es la suspensión M adaptativa, que en milésimas de segundo adapta todo el chasis al firme por el que vamos conduciendo para ofrecer así un comportamiento dinámico óptimo. La suspensión se adapta electrónicamente a través de los 3 modos de conducción (Comfort, Sport y Sport+).
Este BMW es tan deportivo como eficiente, gracias al BMW EfficientDynamics. Sistemas como el auto Start/Stop, el Brake Energy Regeneration, elementos aerodinámicos no solo pensados para su uso deportivo, sino para ahorrar combustible, o el indicador de cambio de marcha óptima son elementos pensados para contribuir al medio ambiente, sin mermar su temperamento deportivo.
Hablando de estruendo, tenemos que decir que este BMW M4, estaba equipado con el sistema de escapes BMW Performance cuyo sonido es indescriptible. Por una parte, cuando pones el coche en marcha con el motor frío, su sonido se asemeja al de un V8 atmosférico, que, por aquello de no dar nombres, no diré a que se parece. Por otra parte, cuando el motor gana temperatura, este sonido se atenúa un poco (menos mal), aun así, pasa a la inversa que, con los rayos y los truenos, es decir, primero te escuchan, y después te ven llegar.
Como no podía ser de otra manera, el M4 dispone de un selector de modos de conducción, entre los que cabe destacar el Sport y el Sport +. Además, disponemos de dos botones M que se encuentran a la izquierda del volante, y que se pueden programar, para configurar el coche a tu gusto. En este caso lo que hicimos fue, adaptar el M1 a un tipo de conducción normal, y el M2 para conducción deportiva, con ello, el coche ajusta electrónicamente el cambio, la respuesta del motor, la dirección, la suspensión y el sonido del motor.
En lo que a prestaciones se refiere el M4 Cabrio, acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 4,4 segundos (4,6 para la versión manual), maniobra que puedes llevar a cabo, gracias al sistema Launch Control, con el que literalmente te quedas pegado al asiento.
Sus consumos precisamente no son su mejor baza, pero en ninguna berlina deportiva que ofrezca las sensaciones que ofrece el M4 Cabrio lo son. BMW ha homologado unos discretos 8,7 litros a los 100 km, cifra que nosotros vimos aumentada hasta los 18 litros de media en el circuito y 14,2 litros en conducción por carretera de montaña. En autopista, en condiciones normales y a una velocidad de 120 km/h, es fácil obtener consumos entre los 9 y 10 litros.
Como os comentábamos al inicio de nuestra prueba, quisimos hacer algo especial con el BMW M4 Cabrio, y para ello, escogimos un escenario y a un “personaje” muy especial para llevar a cabo nuestra prueba, el Circuito Fast Parc Motor de Castellolí, y a nuestro amigo y piloto David Bosch, que encantando se prestó a ayudarnos.
David Bosch, fue el primero en ponerse a los mandos del BMW M4, en el circuito de asfalto deslizante, donde ya habíamos tenido ocasión junto a él, de poner a prueba al BMW M3 hace unos meses. Aquí, es donde se ven las verdaderas manos de un piloto, cuando quieres llevar el coche por su sitio, en este caso, entre los conos del trazado que nos habían marcado.
David, que es un experto piloto, nos enseñó los secretos para hacerlo bien, para ello, primero dimos unas vueltas con él mientras conducía, y viendo la cara de felicidad que tenía, un apreciamos enseguida que este coche le encantó por lo que es capaz de transmitir y sobre todo por como lo transmite. En este circuito, lo que puedes aprender básicamente, son maniobras de subviraje y sobreviraje, a la vez que aprender a hacer contra volantes y a controlar el coche con un preciso tacto del acelerador, a la vez que controlar el cambio de pesos del mismo cuando quieres cambiar de trazada.
Estas maniobras son cruciales para aprender a conducir de forma deportiva, algo que David, nos recalcaba es que tienes que ser preciso y paciente al volante, sobre todo con un coche de 431 cv y con tracción trasera. La mejor escuela para aprender esto, es sin duda alguna Fast Parc Motor.
Cuando consigues todo esto, te das cuenta de que este coche, en un circuito, pues en carretera abierta es impensable hacer lo que puedes hacer en un circuito, es más dócil de lo que parece y es medianamente difícil de conducir en situaciones extremas, aunque nunca has de olvidar que, aunque la electrónica te facilite un poco las cosas, bajo el pie derecho, tienes 431 cv que se van directos al tren trasero en un abrir y cerrar de ojos.
En carretera abierta, dejamos el coche en manos de nuestra compañera Belén, que nos demostró que, aunque lleves un ///M, puedes disfrutar de una conducción apaciguada y confortable, pues no nos olvidemos que en esencia este coche es una berlina de 4 plazas, con la que puedes viajar. Su fuerte son las carreteras de montaña, ratoneras, de curvas pequeñas y cerradas, pues aquí se desenvuelve con mucha soltura y con gran aplomo, gracias a todos los sistemas que velan para garantizar que las cuatro ruedas vayan a la par y la parte trasera no intente adelantarnos.
Tras haber probado ambas versiones del M4, la coupé, y la cabrio, sí que es cierto que quizás y debido al aumento de peso de esta última quizás puedas llegar a sentir que es un poco menos ágil a la hora de conducir rápido, pero esta apreciación, solo la tienes si conduces en circuito.
Es difícil valorar un coche como el BMW M4 Cabrio, por muchas razones y porque el corazón en este caso no nos dejaría juzgar imparcialmente. En cuanto a diseño, un 10, es precioso, bello y simétrico como si de una escultura griega se tratara. Dinámicamente es perfecto, y permite mucho al volante, tanto que asusta. Si te gustan los deportivos, y te gustan los cabrios, el M4 es una muy buena opción, pues tendrás un 2 en 1 y sobre todo la garantía de llevar entre manos a uno de los deportivos más consolidados de BMW cuya serie está precedida por una ///M, ¿se puede pedir algo más?
Escrito por, Miguel Angel Solá
AGRADECIMIENTOS
BMW Group Prensa
David Bosch
Fotografías: Cristobal Arjona y Miguel Angel Solá
Fast Parc Motor Castellolí
Belén Fabregas y Eduardo Franco
{yoogallery src=[/media/k2/galleries/9193] width=[100]}
