En 1980 fundó su propia compañía, MDM Genève, con la esperanza de crear un reloj cuyo diseño elegante y deportivo sería apreciado en el mundo entero.
Crocco estaba decidido a crear un reloj que no tuviera únicamente líneas puras y respeto por los materiales utilizados, sino uno que permaneciera a través de las modas y pudiera ser llevado tanto en situaciones elegantes como informales.
Su primera norma fue la simplicidad: eliminar los elementos superfluos en el diseño.
El reloj Hublot se realizó tomando como modelo un ojo de buey (Hublot, en francés quiere decir ojo de buey) y se hizo con materiales que iban desde el acero pulido hasta el oro. Doce tornillos de titanio unían el bisel a la caja, marcando las horas en unión de forma y función.
Al igual que para la caja en sí, el reloj requería no menos de 160 operaciones manuales para obtener el grado deseado de perfección.
Para la correa, Carlo Crocco decidió que el cuero era demasiado frágil. Mientras miraba un diseño pintado del reloj, en el que la correa estaba representada en color negro básico, se maravilló con cómo el negro mate complementaba perfectamente tanto el acero como el oro. Pero, ¿qué material podía proporcionar ese color negro tan intenso y satinado? Enseguida le vino a la mente: el caucho.
Después de tres años de investigaciones, la revolucionaria correa de caucho estaba lista para su fabricación. Flexible, ligera y muy duradera, la correa tenía también un delicado aroma a vainilla. La correa, resistente a la corrosión, se reforzó también con inserciones invisibles de acero y con doble bisagra en la hebilla, lo que aseguraba una sólida sujeción tanto a la muñeca del portador como al reloj en sí.
Así nació el reloj Hublot, con su correa de caucho natural que aseguraba su estatus como reloj de una pieza.
Colegas y competidores expresaron sus dudas cuando Carlo Crocco presentó el reloj Hublot en la Feria de Basilea en 1980, pero se disiparon enseguida cuando se convirtió en la "sensación" del año. El reloj Hublot enseguida empezó a ser reconocido, y su aceptación superó todas las expectativas. Los miembros de varias familias reales europeas mostraron espontáneamente su entusiasmo por los relojes Hublot, y rápidamente se convirtió en la elección de diversos dirigentes mundiales.
Carlo Crocco se había arriesgado mucho, y en pocos años los relojes Hublot alcanzaron el exclusivo círculo de las casas relojeras de prestigio.
A mitad de los años 90, el caucho natural atrajo la atención de célebres relojeros, como lo evidencia su presencia en sus modelos recientes.
Esto prueba la validez de las elecciones que llevaron al nacimiento del reloj Hublot y afianzan su condición de "clásico". Para relojes Hublot el caucho no es una moda pasajera, sino que representa su filosofía, una forma de vida y el símbolo de la marca.
Relojes Hublot es en esencia una compañía familiar. Mientras la industria relojera está atravesando un periodo de reestructuración y las fábricas de relojes están siendo adquiridas por grandes firmas de lujo, Hublot está orgullosa de mantener su independencia y su personalidad exclusiva.