El tercer evento de la Copa del Mundo de vela olímpica y paraolímpica que se celebra en la bahía de Palma finalizó con podiums españoles en las tres categorías. Rafa Trujillo venció en clase Finn, Javier Hernández en Laser Standard, Susana Romero fue segunda en Laser Radial, empatada con la primera, Marina Alabau y Blanca Manchón en RS:X F y Onán Barreiros y Aarón Sarmiento en 470 M.
La windsurfista española Blanca Manchón es la nueva campeona del mundo de RS.X al imponerse en la novena y última manga del Mundial de Kerteminde (Dinamarca) y ganar así dos puestos en la general. El título mundial se une al de la Copa del Mundo que Manchón ya había ganado esta misma temporada. Manchón, de 23 años, que ya fue campeona mundial absoluta en el año 2005 en la clase Mistral y subcampeona olímpica en Pekín 2008. El segundo puesto fue para la italiana Alessandra Sensini y el tercer puesto fue, con 52 puntos, para la francesa Charline Picon.
De forma irregular, color blanco y con un precio de lujo, "Il Tartufo bianco piamontés", la trufa blanca, es la joya del Piamonte en Italia. El Tuber magnatum es la más apreciada por los gastrónomos del mundo entero y la que alcanza los precios más elevados del mercado. Su precio por un kilo vale entre 3.000 y 6.000 euros. De ahí su nombre de "Oro blanco". Las trufas blancas de Italia se venden a un precio diez veces más caro que la trufa negra de Francia. Gastronómicamente, la trufa blanca italiana goza de más prestigio que la negra de Périgord. Tiene una superficie suave, de color ocre pálido o ligeramente amarillenta y la pulpa presenta un color marrón claro con vetas finas. A diferencia de la trufa negra, la trufa blanca no se pueden cultivar, sólo se conservan frescas unos pocos días, y crecen exclusivamente en el intervalo que va de octubre a enero en una reducida área geográfica (siete demarcaciones de Italia más una de Eslovenia); algunos años se encuentran en grandes cantidades, mientras que en otros apenas hay ejemplares. Su sabor no es pronunciado, pero, en cambio, es aroma en un noventa por ciento. Su peso es variable, son trufas de unos 40 hasta unos 300 gramos. Crece entre el final de verano y la entrada del invierno. La trufa blanca es muy sensible al calor y pierde su aroma al cocinarla. Es por este motivo por el que generalmente se utiliza fresca, rallada por encima de platos de pasta o huevo.