La mansión, construida en Inglaterra en el siglo XIX, se sitúa en una aldea en el centro del "triángulo de oro" que forman Ascot, Runnymede y Weybridge, a 45 km. de Londres. En un área que durante el reinado de Enrique III fue declarada parte del bosque de Windsor. Además queda cerca de las residencias de la reina Elizabeth, el músico Elton John y el golfista Nick Faldo.
Los visitantes pueden llegar a la mansión en helicóptero gracias al helipuerto privado con el que cuenta la villa. Posee también un garaje con capacidad para ocho Rolls Royce, cinco establos, una pista de tenis de medidas reglamentarias y un cine privado. Sólo en el cuidado de los cerca de 60.000 m2 de jardines que rodean la mansión inglesa, realizado por personal especializado, se invierten mensualmente 256.000 euros.
La casa principal está divida en cuatro plantas.
Cuenta con un sistema de domótica con control remoto desde cualquier lugar del mundo, uno de los sistemas de vigilancia más avanzados del mercado, en el que se incluye una "habitación de pánico" blindada y preparada para resistir un ataque terrorista. En el vestíbulo destaca un mosaico del globo terráqueo manufacturado con adornos de oro de 24 quilates. Mientras que en la planta baja, dedicada al 'relax' y al ocio, se tiene acceso a la piscina principal, de dimensiones olímpicas y en cuyas paredes se contempla el Monte Fuji en un mosaico de mármol y oro. Los mismos materiales han sido empleados en las otras cinco piscinas climatizadas de esta propiedad, que incluye también en su planta baja una bolera con dos pistas (automatizada y con dimensiones reglamentarias), y una cancha de squash con paredes de cristal blindado y parquet inglés.
La primera planta constituye el núcleo residencial de la mansión, con ocho dormitorios adornados con maderas trabajadas manualmente, mármol italiano y techos artesanales. Cada uno de los baños de los dormitorios incluye un mini spa con ducha tropical, chorros de masaje térmico y jacuzzi. En su decoración destacan los mosaicos de mármol, elaborados por especialistas italianos, que poseen un valor aproximado de seis millones de euros.
El ático de la vivienda se divide en dos apartamentos que ocupan cada uno un ala entera del complejo inmobiliario. En el centro de esta planta se encuentra el acceso a la más deslumbrante de las cinco piscinas, con vistas a una espectacular fuente de agua que supera los diez metros de altura.
La casa de invitados cumple con los estándares de la vivienda principal, con una superficie de 800 m2.