La Constitución establece que el Rey recibe de los presupuestos generales del Estado "una cantidad global para el sostenimiento de su familia y de su casa, y distribuye libremente la misma".
No es una cuestión de ser o no ser monárquico, los números nos dan la solución.
La cantidad fijada para la Casa Real es la más baja de todos los ministerios, puesto que no debemos olvidar que a fin de cuentas, el Rey y su familia actúan a nivel de embajadores internacionales, y si hacemos el ratio de beneficios producidos en comparación con el resto de organismos representantes del país a nivel internacional nos daremos cuenta de lo barato que nos sale este ministerio. Tan solo un dato estimativo, el Rey cada vez que visita un país es portada en periódicos e informativos, es decir publicidad gratuita para España, si se tuviesen que pagar esos minutos para poner cuñas publicitarias supondría un enorme desembolso que este país no puede permitirse. El presupuesto del ministro de asuntos exteriores es 10 superior a este y no consigue ni una sola portada, ni ninguna noticia en sus viajes al extranjero.