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Este coche está pensado claramente para un mercado americano (de hecho se fabrica en EEUU), donde los V8 llevan mucho años combatiendo entre las marcas, por aquello de decir, “haber quien le saca más potencia a un motor”. Este X5 desarrolla una potencia de 450 cv, quizás descomunal para su concepción, pero más que suficientes como luego os contaremos para mover los 2.250 kilos que pesa con muchiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisima soltura.
En su ya tercera generación y con más de 1,3 millones de X5 fabricados BMW no ha cambiado por completo la línea del X5, sino que más bien la ha estilizado. Los cambios entre sus hermanos anteriores son básicamente inapreciables. Aquí quizás es donde la marca ha utilizado la estrategia de no cambiar algo que ya funciona (método americano) para no perder a su fiel clientela.
Sus medidas ya lo dicen todo, 4.886 mm de largo por 1.938 mm de ancho y 1,80 de alto nos dejan ver un SUV de gran tamaño, pero ágil a la hora de conducirlo.
El maletero tiene ahora 50 litros de capacidad más que el X5 anterior, así pues, disponemos de 650 litros de volumen de carga, pudiéndose ampliar fácilmente hasta los 1.870 litros si abatimos los asientos traseros y sus respaldos.
El interior del X5 no representa nada nuevo, es más continua con la sobriedad vista en algunos modelos de la marca. Todo está en su sitio, los mandos a buen alcance de la mano y la información viene dada en su medida bien tanto por el cuadro de mandos como por la pantalla de 10,25 pulgadas que encontramos en la consola central.
En la parte más baja de la consola, encontramos la palanca de cambios tipo joystick y el mando iDrive, desde el que se controlan básicamente todas las funciones como el navegador, el sistema de audio, el teléfono o algunos parámetros de configuración del coche, así como los botones que accionan el asistente de conducción para pendientes pronunciadas, las cámaras de 360º, el control de tracción o los modos de conducción.
Los asientos de esta unidad de pruebas eran tipo confort, son buenos, cómodos y sujetan el cuerpo bien en los apoyos laterales, aunque opcionalmente se pueden poner unos más deportivos. La posición de conducción en altura es excelente, y la verdad es que me atrevería hasta decir que tiene un ápice de deportiva ya que no tienes la sensación de ir flotando sino más bien totalmente asentado.
Los asientos traseros pueden albergar 3 plazas, aunque la tercera no irá tan cómoda como las otras dos. Opcionalmente es posible equipar al X5 con una tercera fila de asientos, por lo que puedes convertirlo en todo un 7 plazas.
En lo que a equipamiento se refiere nuestra unidad de pruebas estaba equipada con un elenco de sistemas de ayudas a la conducción, casi todos opcionales como el sistema de visión nocturna, propio de los Navy Seals, los faros con tecnología LED, el detector de ángulos muertos, las cámaras de 360º, advertencia de colisión por alcance, el control de crucero activo, el head-up display (si lo pruebas, es adictivo) o el sistema de reconocimiento de señales de tráfico entre otros.
Como es normal en BMW, es posible aumentar mucho el precio de un coche si empiezas a tachar opcionales como si de la quiniela se tratara, aunque muchos de ellos están pensados claramente para aumentar la seguridad en la conducción como parte de su equipamiento de serie entre el que encontramos ABS con asistente de frenada de emergencia y control de frenada en curva (reparto de freno entre las ruedas en función del ángulo de guiñada y del apoyo), ESP con control de tracción, asistente de arranque en pendiente y control de descensos, sistema de tracción integral xDrive de control electrónico que reparte el par entre ambos ejes en función de la adherencia de cada rueda.
Si BMW ha tirado la casa por la ventana con el X5 xDrive50i ha sido con el poderoso motor V8 de 4,4 litros que rinde nada más y nada menos que 450 cv y ofrece una cifra de par motor de 650 Nm. Este par está disponible desde las 2.000 hasta las 5.500 rpm, por lo que lo convierten no solo en un propulsor de gran empuje sino que además es elástico y ofrece durante prácticamente todo su régimen de giro la potencia declarada.
Cierto es que cuando pisas el acelerador a fondo, literalmente tu cuerpo tiende a quedarse pegado en el respaldo trasero, y la sensación que produce es algo que a manos de un SUV de estas características es difícil de ver.
Sus prestaciones también dicen mucho de este motor, ya que acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 5 segundos y es capaz de recuperar de 80 a 120 km/h en el mismo tiempo, esto ya nos hace ver lo brutal que puede llegar a ser, teniendo en cuenta su peso y volumen.
La caja de cambios que lleva asociada este propulsor es una ZF de 8 velocidades cuyo funcionamiento no solo es eficaz sino que es capaz de transmitir sin problemas el descomunal par que ofrece el conjunto.
En lo que a consumos se refiere, y teniendo en cuenta que conceptualmente este coche como comentábamos al inicio de la prueba está orientado más al mercado americano que al europeo, BMW ha homologado un consumo mixto de 10,4 litros, claro está, que si le pisas y quieres disfrutar de todo el potencial que es capaz de ofrecer, fácilmente puedes llegar a ver medias de entre 16 y 22 litros a los 100 km.
Está claro que el X5 por tamaño y concepción es un coche para circular por carreteras y autopistas, para disfrutar de su potencial y su confort, aunque si te lo quieres permitir, entrar en una carreta revirada o en un puerto de montaña es una tarea que solventará sin problemas. Con 450 cv bajo el pie derecho se pueden hacer muchas cosas, eso sí, hay que tener en cuenta que la gravedad en este tipo de vehículos está presente durante toda la fiesta, por ello es aconsejable equiparlo con dos extras que nos han parecido imprescindibles, la suspensión adaptativa (controla electrónicamente la dureza de la amortiguación para evitar balanceos) y la opción del chasis adaptativo que incluye lo que BMW llama Dynamic Performance y Control Dynamic Drive, un sistema de control de amortiguación, dirección y entrega de potencia que se adecua a nuestra forma de conducir.
Nosotros tuvimos la ocasión de probarlo en varios escenarios, ciudad, autopista, carretera, puerto de montaña y un camino forestal por el que recorrimos unos 15 kilómetros, eso sí, parte de ellos fueron muy divertidos ya que con el control de tracción desactivado las cruzadas están garantizadas sin tener que hacer grandes esfuerzos.
Su conducción por ciudad es tan fácil como complicada. Su altura te permite estar por encima de todo, pero su anchura dificulta en alguna ocasión que circules entre coches con tranquilidad, por aquello de tener un poco más de cuidad con los retrovisores de los demás coches. Aun así, se desenvuelve bien entre el tráfico mundano.
Por autopista, es un gran viajero con el que compartir viaje y kilómetros, ya que su comodidad y su gran confort te lo permiten. Aun siendo la versión más deportiva dentro de la gama X5 hace gala de ser un coche cómodo, sobre todo gracias a sus suspensión que se traga todo lo que encuentra bajo los enormes neumáticos.
La verdad sea dicha, es que da mucha pena meter a este coche por un camino que no esté asfaltado. Si bien puedes hacerlo, al menos como está configurada esta unidad de pruebas complicado lo tienes si no es un camino forestal llanito, pues los neumáticos parecen más de circuito que de carretera, además su altura libre al suelo no está pensada para franquear según que obstáculos.
BMW ha trabajado mucho para convertir al X5 50i en un coche que fuera no solo grande, sino también dinámico, por ello encontramos una plataforma nueva sobre la que asentar un nuevo sistema de amortiguación y estabilizadoras, que a juego con los rodillos que lleva por ruedas (315/35 en las traseras y 275/40 en las delanteras) aseguran mucho la capacidad de tracción y un equilibrio perfecto a la hora de trazar las curvas más exigentes. Nuestro X5 también equipaba la amortiguación variable y las barras estabilizadoras activas Dynamic Drive, asociadas éstas a unos muelles neumáticos en el eje trasero y un diferencial trasero que reparte de manera electrónica el par entre las dos ruedas para mejorar la agilidad en curva. Por supuesto, la sofisticada tracción integral xDrive está presente y se hace notar, sobre todo en el momento en el que cuando lo intentas someter a la salida de una curva y hay alguna pérdida de tracción.
Concluimos nuestra prueba asegurando que este X5, si tuviéramos que escoger 10 coches para tener en nuestro garaje sería muy probablemente uno de ellos y por dos razones. La primera es por su estampa, imponente y desafiante, algo que nos encanta y entusiasma a la que sin duda acompaña un propulsor más que digno como lo es el V8 que encontramos bajo el capó delantero más propio de un serie M que no de un SUV. La segunda, porque es un verdadero devorador de kilómetros que pueden ser disfrutados desde un habitáculo que ofrece un alto grado de confort.
Escrito por, Miguel Angel Solá
AGRADECIMIENTOS
- BMW España
- Fotografías : Javier Lorite y Miguel Angel Solá
- Configurador BMW X5:
DATOS TÉCNICOS
- Motor: V8 | 4.395 cc | Biturbo | Intercooler
- Potencia máxima: 450 cv a 5.500 RPM
- Par máximo: 650 Nm a 2.000 RPM
- Transmisión: Tracción integral | Cambio automático 8 velocidades tipo ZF
- Peso: desde 2.250 kg.
- Velocidad máxima: 250 km/h (auto limitada)
- Aceleración: 0 a 100 km/h 5 segundos | 80-120 km/h 4,8 segundos
- Consumo medio: 10,4 litros
- Precio: Desde 94.200.-€
