La concepción del MINI Clubman, nace en el año 2007, sobre la segunda generación del MINI tutelado por BMW, que recordaba al Austin MINI de los años 60 y cuyo diseño no acabó de convencer, pues era un coche “raro”, sobre todo por las dos puertas traseras. En esta segunda generación, el diseño se aúna con el resto de la gama MINI, y en aras de conseguir más público, y de acercarse un poco más al sector de los compactos Premium, se ha creado el Clubman, para aquellos clientes a los que un MINI 5 puertas se les quedaba pequeño, pero que siendo fieles a la marca, ahora podrán tener todo lo que desean. Este modelo, es mucho más grande que su predecesor, además de más bonito, pues sus cuatro puertas laterales le confieren un aspecto más homogéneo a todo el conjunto.
Fabricado sobre la plataforma modular UKL2, que deriva de la UKL1 del MINI Hatch, es la utilizada por sus primos, el BMW X1 y el Serie 2 Active tourer por eso su talla es ahora más grande que la de su predecesor. Con sus 4,23 metros de largo, una anchura de 1,8 metros y una batalla de 2,60 metros este MINI es 27 cm más largo y 9 cm más ancho que el 5 puertas.
Aunque la esencia de BMW está muy presente en este MINI, la marca no ha querido perder el sello de identidad propio y característico del Clubman, que es su doble puerta trasera para acceder al maletero, cuya apertura es poco práctica pero es singular. Primero debemos abrir la puerta derecha, y si queremos acceder a la totalidad del espacio, abriremos la izquierda.
Opcionalmente se puede montar el sistema de apertura sin manos pasando simplemente el pie por debajo del paragolpes trasero, quizás esta sea una buena opción. La capacidad del maletero es de 360 litros, eso sí, fácilmente ampliables abatiendo los asientos traseros para llegar hasta los 1.250 litros de capacidad total de carga. Bajo el piso, encontramos un doble fondo espacioso, donde puedes llevar los chalecos, botiquín, extintor, etc.
En lo que habitabilidad y espacio interior se refiere, sí que se nota la talla XL del Clubman, no solo en las plazas delanteras que son realmente cómodas, sino también en las traseras, donde dos adultos tienen espacio suficiente para poder realizar un viaje sin agobios y con la única premisa, de que deberás tener cuidado con la cabeza al acceder a ellas, por el resto cumplen su función perfectamente.
En el interior pocas cosas nuevas vemos con respecto al MINI Hatch, tan solo podemos apreciar que se pierde el espacio de la guantera superior, que ha sido compensado con diferentes huecos que se sitúan en la consola central o las contrapuertas. El salpicadero sigue la misma línea de toda la gama actual MINI, que hereda mucha tecnología BMW. Tras el volante, encontramos la esfera del velocímetro, y junto a ella, en la izquierda la del cuenta revoluciones.
La gran esfera del centro de la consola, alberga en su interior la pantalla de 8,8” del navegador, así como funciones para el sistema de infoentretenimiento o el programa MINI Driving Modes, que permite escoger entre tres modos de conducción (MID, SPORT, GREEN), o un útil indicador del uso de potencia y el par motor. El manejo de esta pantalla, se efectúa desde el mando colocado tras el selector del cambio y cuyo uso es muy intuitivo.
En lo que a equipamiento se refiere, encontramos de serie, faros full-LED, llantas de aleación de 16”, climatizador bi-zona, sensor de lluvia y luces, asistente de frenada, volante de cuero multifunción, indicador de presión de neumáticos, o luces de freno dinámicas entre otros. Nuestra unidad de pruebas, además estaba equipada con el paquete wired (sistema de navegación con pantalla de 8,8”, aplicaciones MINI Connected (disponible a través de Smartphone y que abarca funciones como Mission Control, Dynamic Music, Driving Excitement o Minimalism Analyser), pack iluminación interior y selector de modos de conducción y el paquete Chili que monta unas bonitas llantas de 18” y asientos de cuero motorizados, pack visibilidad, sistema de sonido Harman Kardon, techo cristal panorámico, control de crucero activo, cámara marcha atrás, head up display, así como otros elementos pensados para la seguridad activa y pasiva.
La versión que hemos tenido ocasión de probar, es la Cooper SD, con el motor de 4 cilindros diésel y dos litros que rinde una potencia de 190 cv, entre las 1.750 y las 2.500 rpm, que dispone de un par motor de 400 Nm. Sus prestaciones le permiten alcanzar 218 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos.
Asociado a una caja de cambios automática de 8 velocidades Steptronic cuya combinación dan un buen rendimiento a este motor, ofreciendo unos cambios rápidos y suaves.
En lo que a consumos se refiere, este motor no es muy tragón, si bien la marcha tiene una cifra homologada para el consumo medio de 4,5 litros a los 100, a nosotros se nos fue hasta los 5,8 litros durante nuestra prueba.
Entrados en la prueba, quizás no es tan dinámico como los Hatch, pero nada tiene que envidiarles, pues la puesta a punto del chasis por parte de la casa es tan buena, que permite hacer diabluras, sabiendo que el ADN de MINI está presente, y que lo percibes en lo que mejor sabe transmitir, en su dirección, directa y precisa.
En carreteras reviradas el aplomo y guiado que ofrece es sensacional, gracias al eje trasero multibrazo y al sistema EDLC encargado de frenar las ruedas interiores a la curva para no perder nunca tracción y poder así controlar la trazada.
El MINI Clubman, nos ha parecido la opción racional, para aquellas personas que quieran algo más que un MINI, un coche con el que poder desplazarse a diario, llevar los niños al cole en las sillitas y con sus mochilas, sea algo fácil de hacer, pero también para aquellos que como nosotros, somos amantes de los deportes de aventura y precisamos de ese espacio extra para poder llevar nuestros “chismes” a la playa o a la montaña, tarea que con este MINI puedes hacer, disfrutando además, de un confort de marcha excepcional y de una versatilidad que ningún otro MINI podrá ofrecerte.
Agradecimientos
- BMW Group Prensa