El óleo de Canals es la cima de esta exposición, no solo por su calidad sino por ser un reflejo de lo que sucedía en la Barcelona de 1896. Tras la imagen de un patio suburbial, con mujeres que crían a sus hijos y paredes que parecen salidas de un patio azul de Rusiñol, se advierte el interés de Canals por abrir una ventana a una nueva manera de entender la realidad. El pintor catalán, que por aquel entonces tenía solo veinte años, expuso el cuadro en la Exposición Universal de 1896 con un precio de venta de 1.500 pesetas. Una obra, que según escribía el propio Canals en una carta dirigida al gran marchante de los impresionistas Paul Durand-Ruel, le había supuesto un verdadero esfuerzo, tanto por la temática y las dimensiones como por los pocos recursos de que disponía.
Cuando el artista pintó este cuadro, formaba con Nonell, Mir, Vallmitjana, Adrià Gual y Ramon Pichot el grupo que Santiago Rusiñol denominó la Colla del Safrà («Grupo del Azafrán»), porque utilizaban como color predominante el ocre o azafrán. Eran jóvenes rebeldes que encontraban nuevos temas para su arte en las barriadas de la ciudad industrial, concretamente en el barrio de Sant Martí (cuyo nombre sirve también para definir a este grupo). Barracas, personajes marginales, campos de coles, gitanos y mendigos eran temas nuevos para estos jóvenes artistas, que así se alejaban del arte oficial basado en un realismo burgués preciosista, atestado de argumentos clásicos y temas de historia. Se trataba de utilizar una iconografía marginal y bañarla con la luz del sol de las cuatro de la tarde.
En línea con el ideario estético de la Colla de Safrà, en la obra predominan los tonos ocres y azafrán y destaca el tono vibrante de una naranja que agarra la niña del centro del grupo. La gran aportación de Ricard Canals en esta obra es el estallido de luz en picado que entra en el patio y perfila la silueta de las figuras, dorando los cabellos de las niñas. El artista plantea esta composición como la suma de diversos planos en un cuadro de grandes dimensiones. Fragmentos que representan la evolución en la vida de una niña y que la muestran en sus diferentes edades, desde recién nacida a púber.
Una obra maestra en una exposición de pinturas singulares que reunirá, en la galería Artur Ramon Art, algunas de las telas más representativas de la época de mayor esplendor de la pintura catalana en la que coinciden artistas como Casas, Mir, Canals, Pichot, Novell, Urgell y Baixeras, entre otros. Pintores que hacen de sus obras un mundo en condensación, reflejando las grandes transformaciones que vive Cataluña en esa época. Además de La cria de Canals, destaca un retrato ecuestre de Josep Cusachs y dos obras significativas de Ricardo Urgell que permiten constatar la evolución de su pintura.
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Jinete, la obra singular que Cusachs dedicó al confitero Pere Llibre, una de las piezas clave de la nueva exposición de Artur Ramon Art
Es una de la veintena de obras que conforman la muestra La Edad de Oro de la pintura catalana (1885-1930), del 6 de octubre al 8 de enero de 2012, con artistas de la talla de Canals, Nonell y Casas
Josep Cusachs, junto con Ricard Canals, Isidre Nonell y Ramón Casas, son algunos de los grandes nombres de la pintura catalana de todos los tiempos que conforman la exposición La Edad de Oro de la pintura catalana (1885-1930), del 6 de octubre al 8 de enero en la galería Artur Ramon Art de Barcelona. Una muestra excepcional que recoge una veintena de las obras más representativas de la época de mayor esplendor de la cultura pictórica catalana, cuando nacen, a finales del XIX y principios del XX, dos movimientos de gran importancia, el Modernismo y el Noucentismo.
La de Cusachs, un óleo sobre lienzo con el título de Jinete, data de 1893 y su importancia radica no sólo en la calidad esmaltada de la obra, que responde a los momentos álgidos de la carrera del pintor, sino en su vinculación con Pere Llibre, uno de los grandes personajes de la sociedad civil de la Barcelona finisecular. Llibre era el propietario de una pastelería situada en la calle Ferran núm. 1, frecuentada por la burguesía catalana de la época y que se convirtió en referente de la vida barcelonesa de finales del ochocientos. Un establecimiento decorado de una manera suntuosa con muebles, estatuas, jarrones, cuadros, tapices y plantas y con una oferta plural, donde se podían comprar golosinas para las criaturas, encargar un catering o adquirir una obra de arte.
Jinete es el retrato de un jinete de perfil, vestido con elegancia, que se aleja de la temática militar tan repetida por el autor, y en el que aparece una dedicatoria a Pere Llibre. Según se desprende de los diarios de la época, la relación entre el pintor y el confitero se debió establecer a través del mundo del caballo. El hecho de que el retratado sea más joven que el Pere Llibre de 1893 hace pensar que se trata de un regalo de un cuadro y no de un retrato de este personaje.
Una obra singular, como el resto de las piezas que componen la exposición que presenta Artur Ramon Art coincidiendo con su 85 aniversario: La Edad de Oro de la pintura catalana (1885-1930). Destacan también Cabeza de mujer de Isidre Nonell de 1910, una obra de plenitud de este pintor al margen de los estilos y escuelas de la época, en la que se aprecian influencias de Picasso, con quien coincide en el espacio, en el tiempo y en una manera parecida de ver la realidad y trasladarla a la pintura; y dos obras de Ramón Casas, pertenecientes a la serie de retratos femeninos de cariz intimista que el pintor presentó en 1893 en una exposición en l’Ateneu Barcelonès.
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LA EDAD DE ORO muestra en Barcelona la pintura catalana más relevante de todos los tiempos
LA EDAD DE ORO muestra en Barcelona la pintura catalana más relevante de todos los tiempos
La exposición La Edad de Oro de la pintura catalana (1885-1930) acoge más de 20 obras singulares de los pintores más importantes de finales del XIX y principios del XX como Canals, Cusachs, Nonell, Urgell y Casas La muestra se podrá visitar durante los próximos tres meses, hasta el 8 de enero de 2012, en la galería Artur Ramon Art de Barcelona
La exposición La Edad de Oro de la pintura catalana (1885-1930), una muestra excepcional y notoria que condensa los años de mayor esplendor de la cultura visual catalana. Más de 20 obras singulares de 17 de los artistas más relevantes de finales del XIX y principios del XX como son Casas, Nonell, Cusachs, Urgell, Matilla, Mir o Canals, conforman esta exposición, que estará abierta durante tres meses, hasta el 8 de enero, en la sala Artur Ramon Art de Barcelona.
La exposición quiere ser una reivindicación de la edad dorada de la pintura catalana, una época en la que coincidieron los grandes maestros catalanes de todos los tiempos y que está marcada por el nacimiento de dos movimientos culturales de gran importancia –el Modernismo y el Novecentismo. Es uno de los momentos intelectualmente más ricos de la historia de Cataluña y a la vez unos años de grandes transformaciones, motivadas por la bonanza económica y la celebración de las Exposiciones Universales del 1888 y 1929, que sitúan Barcelona a la altura de las grandes capitales del mundo.
La Edad de Oro de la pintura catalana (1885-1930) recupera unas obras que condensan un tiempo y un país y propone un viaje que va del naturalismo de Baixeras al paisajismo de Joaquim Mir, Eliseu Meifrèn i Modest Urgell, pasando por el realismo sensual de Ramon Casas –ejemplificado con las dos pinturas de cariz intimista, Cabeza de mujer y Busto de mujer- o Laureà Barrau, la pintura descriptiva de Francesc Miralles y Jaume Morera y el estilo inclasificable de Isidre Novell y Ramon Pichot.
La obra más destacada es La Cría de 1896 de Ricard Canals, que se expone por primera vez después de ochenta años. Es la obra cumbre de la Colla del Safrà (“el grupo del azafrán”), de la que formaban parte Nonell, Mir, Vallmitjana, Adrià Gual y Ramon Pichot y que se caracterizaba por el uso predominante de los tonos ocres. Otras piezas clave de la muestra son Tres barcas en la playa del primer pintor impresionista catalán, Modest Urgell, donde demuestra su dominio de la luz y el color sobre el paisaje; Jinete de 1893 de Josep Cusachs por su vinculación con Pere Llibre, uno de los grandes personajes de la sociedad civil barcelonesa; y Cabeza de mujer de 1919 de Isidre Nonell, una obra de plenitud e inédita expuesta por última vez en los años 30.
Son cuadros “museables” y dirigidos al mejor coleccionismo, que se caracterizan por su singularidad y excelencia artística. Se trata de una de las exposiciones más importantes que ha organizado la galería Artur Ramon Art en sus 85 años de historia. Según Artur Ramon Navarro, comisario de la exposición. “esta muestra nace con una voluntad doble: poner en valor nuestra cultura a través de una selección de pinturas singulares de los grandes maestros a caballo del 1900 y reivindicar este espacio, a menudo olvidado por desidia o desprestigiado por los cantos de sirena de una modernidad mal entendida”. Y añade: “con este proyecto hemos querido hacer una apuesta clara y ontundente por la buena pintura a pesar de que el entorno actual no sea demasiado favorable”.
ARTUR RAMON ART
La primera noticia documentada que existe de ARTUR RAMON ART data de 1926, cuando se anunció en L’Amic de les Arts, la revista vanguardista de Sitges. Este fue el inicio de una singladura de cuatro generaciones, todas con el mismo nombre, y que este año cumple ochenta y cinco años. En 1943, Artur Ramon i Garriga, perteneciente a una familia de anticuarios, abrió las puertas de su espacio de exposición en el número 25 del carrer de la Palla de Barcelona, y en 1988 se fundó la galería Sala d’Art Artur Ramon que, a su vez, este año cumple 25 años. ARTUR RAMON ART ha realizado más de doscientas exposiciones, cosa que le otorga una posición referencial y única entre las propuestas de arte y coleccionismo de Barcelona. ARTUR RAMON ART es un espacio de obras singulares dónde conviven piezas de anticuario, maestros antiguos, pintura catalana y arte contemporáneo, erigiéndose así como referente del arte en España. A lo largo de estos años, algunas de las mejores obras de ARTUR RAMON ART han pasado a formar parte del patrimonio español mediante su ingreso en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, el Museo del Prado y el Museo Romántico en Madrid, o el Museo de Burgos, entre otros; y el Musée du Louvre y la Fondation Custodia, en París, la Nacional Gallery of Canada en Ottawa, que también cuentan con obras que provienen de esta organización. Además, ARTUR RAMON ART es una de las pocas organizaciones españolas presentes de manera regular en el TEFAF Maastricht y en el Salon du Dessin de París. Exposición: L’Edat d’Or de la pintura catalana, del 6 de octubre al 8 de enero de 2012 ARTUR RAMON ART Carrer de la Palla, 25 08002 Barcelona