La industria del lujo ha estado analizando cómo afectará la situación financiera a los principales fabricantes de moda de alta gama, relojes o coches deportivos, ya que expertos del sector han puesto en duda la viabilidad de que la población de mayor poder adquisitivo de China, India y Rusia tenga la capacidad económica suficiente para reemplazar el consumo de los países desarrollados. Sin embargo, directivos de algunas de las principales firmas del sector han mostrado en Tokio su optimismo. 'El negocio del lujo ha crecido más rápidamente que la economía mundial y creo que es una tendencia que ha llegado para quedarse', aseguraba Toni Belloni, director de Moët Hennesy Louis Vuitton (LVMH). La firma gala cerró el primer trimestre del año con un avance de su volumen de negocio del 12%, hasta alcanzar los 4.002 millones de euros. Pero no todas las empresas son igual de positivas. Una de las principales enseñas de joyería, Bulgari, elevó sus ventas un 3% durante el último trimestre, mientras su beneficio se resintió un 4,6% y se situó en 22.800.000 euros. Sin embargo, no todas las firmas de lujo miran hacia los emergentes mercados asiáticos para apuntalar su crecimiento. El grupo de joyería estadounidense, Tiffany & Co, pretende incrementar su presencia en Europa, donde sus ventas en el último trimestre se apuntaron un alza del 38%. Dentro de esta estrategia, España es uno de sus objetivos, ya que la firma, popular por sus diamantes, abrirá el próximo otoño su primer local en Madrid. En concreto, el establecimiento estará situado en la considerada milla de oro de la capital, la calle de José Ortega y Gasset.