Las promotoras especializadas en este campo se muestran menos preocupadas por los números que por reforzar su valor de marca y el acabado del producto.
Prueba de ello es que el sector, lejos de estancarse, apuesta por ampliar el concepto de lujo con nuevos materiales y sistemas de automatización. Carlos Ferrer-Bonsoms, director de Suelo, Urbanismo y Residencial de la consultora Jones Lang LaSalle, asegura que la vivienda de alto 'standing' no ha sido ajena al paso del tiempo. «Se ha mejorado al convertir lo que antes era opcional en estándar. En temas de carpintería interior, quien hace vivienda de lujo se ha desmarcado y hace puertas de otra madera maciza en vez de puertas de roble», indica.
En este sentido, Baluarte, promotora dedicada a la vivienda de gama alta, afirma haber «ampliado la domótica, los servicios posventa y las posibilidades de personalización de la vivienda», además de defender que «en tiempos de crisis quien mejor resiste es la vivienda de lujo». Baluarte, que entregó su primera promoción hace tres años y medio, después de haber aprovechado «la inercia» de su antecesora Nuevo Mundo, defiende que su estrategia de «construir en la almendra de Madrid [dentro de la M-30] hace de la empresa un valor seguro». «Lo que está dentro de la ciudad no baja de precio», dice su responsable de comunicación Emmanuel Pérez. Su lema de cara al cliente es que «lo mejor de vivir en el centro de Madrid es sentirse fuera de él».
Otra promotora especializada del sector, Mergara, también confirma su apuesta por la domótica y por el diseño a medida gracias al trabajo de paisajistas e interioristas puestos a disposición del cliente. «Se trata de un segmento de la población que no compra precio, compra exclusividad y no productos en serie», explica Daniel Orozco Gómez, director comercial de la compañía.
Mergara, que inició su andadura en 1999, ha acumulado una cartera de suelo aproximada de 200 casas y actualmente lleva a cabo la construcción de dos proyectos en Madrid. La empresa parece tener claro la razón de su interés por este sector. «El criterio de desarrollo de los proyectos no se basa en el ahorro de costes, sino en ofrecer experiencia y calidad como activos inmobiliarios», añade Orozco, quien también asegura gozar de unos «ritmos de ventas bastante estables» en un mercado que se caracteriza por no tener «ni ventas masivas ni parones».
Parecida opinión tiene Grupo Mall, una promotora nacida hacia medio siglo que ha optado por diversificar su negocio hacia este segmento. «La situación que se está viviendo no nos afecta igual que a otros productos inmobiliarios como comprobamos cada día por las visitas, solicitudes de información y operaciones que se cierran», declara Julio Noval, su presidente. La compañía no sólo promueve varios proyectos en ciudades españolas como Oviedo o Ponferrada, además de un edificio vanguardista en el centro de Madrid, sino que ha iniciado una expansión internacional con «promociones que se diferencien del resto de ofertas habituales».
La personalización se consolida también como un arma valiosa para llevar el alto 'standing' a otras zonas de las principales ciudades. En Madrid, el lujo se encuentra en la zona centro, en el Barrio de Salamanca y en áreas algo más alejadas como La Moraleja. Mientras, en la ciudad de Barcelona, los barrios preferidos para promociones de este tipo son el Eixample, Sarriá-Sant Gervasi o Sant Martì.
«La vivienda de lujo es muy sensible a la localización», tal y como explica Ferrer-Bonsoms. «Es difícil que compita una vivienda de La Moraleja con otra del barrio de Salamanca a no ser que el comprador desee jardín».
Fuente: Jorge Planello