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Durante el paso de los años, los MINI han ido evolucionado, no solo estética sino técnica y mecánicamente. Para ello, la alianza con la alemana BMW ha sido una de las mejores estrategias de esta marca para conseguir los resultados que con sus ventas hasta la fecha han conseguido.
Nos encontramos ante un nuevo MINI, que en la versión que hemos tenido ocasión de probar, el MINI Cooper S, es más potente y dinámico que el modelo al que sustituye, presentado en el año 2000 y del que solo hace 6 años se hizo un restyling.
Este nuevo MINI, estrena una carrocería más grande ya que ha crecido en longitud (10 cm), en anchura (3 cm) así como en altura (7mm). En el exterior, diversos elementos son los que vemos como novedad, entre ellos, unos nuevos faros delanteros con luces diurnas de tecnología LED en forma de anillo o unos pilotos traseros de nuevo diseño y dotados de la misma tecnología (son opcionales). En el frontal, se mantiene para esta versión S la parrilla en forma de nido de abeja, así como las dos entradas laterales del faldón delantero y la entrada de aire del capó. Estos pequeños cambios no han modificado mucho la apariencia del anterior MINI, quizás es en el interior donde más se aprecian las mejoras realizas.
Con las nuevas medidas se ha ganado en batalla, habitabilidad interior y sobre todo en capacidad de maletero, pues ha pasado de tener 160 litros a 211 litros de carga. La configuración interior es de 4 plazas, aunque todavía las traseras siguen siendo algo justas, aun así, pueden viajar en ellas dos adultos sin problemas.
En el interior se perciben enseguida los cambios que la marca ha llevado a cabo en el nuevo MINI, bajo la tutela de BMW claro está. Los primeros cambios los vemos tras acomodarnos en los asientos, de nuevo diseño y composición, en los que es fácil encontrar una buena postura de conducción, gracias a sus reglajes.
Tras el volante multifunción, cuyo tacto y grosor son más que agradables, encontramos una esfera con el velocímetro, y en la parte izquierda del mismo, el cuenta revoluciones. Ahora, ambos relojes están juntos y la información se encuentra agrupada en el mismo sitio, lo que facilita mucho la lectura por parte del conductor. El head-up-display, es otra de las novedades que incorpora el MINI, donde se proyectan los datos del ordenador de a bordo, la velocidad e incluso las instrucciones del navegador.
El centro de la cónsola agrupa en una pantalla de 8,8 pulgadas (opcional), el navegador, el manejo del sistema de audio, el teléfono o el modo de conducción dinámica, así como de llevarlo instalado, el sistema Mini Connect que nos permite conectarnos a Internet a través de esta pantalla.
El mando con el que se maneja la pantalla de la consola central, está situado tras la palanca de cambios y es una herencia directa de los modelos de BMW, lo que promete un manejo más sencillo e intuitivo al usuario.
Bajo esta pantalla encontramos los mandos de un climatizador de nuevo diseño así como una botonera heredada pero mejorada (con nuevas palancas) de la anterior versión, en la que encontramos un pulsador muy llamativo y de clara inspiración aeronáutica para encender y apagar el motor.
En general el interior del nuevo MINI es ahora más llamativo y sobre todo original, a lo que contribuye también el sistema de iluminación interior de tecnología LED que nos permite cambiar la luz ambiente entre llamativos colores, como el rojo, el ámbar, el azul o el verde con tan solo pulsar un botón.
El anillo del selector del cambio automático, hace a la vez de conmutador para escoger los diferentes programas de conducción que ofrece el Mini Driving Mode entre los que podemos escoger Green, Mid o Sport. Cada uno ellos están pensado para modificar algunos parámetros que influyen en la conducción como la respuesta del acelerador o la dureza de la dirección y la suspensión.
Con el modo Green seleccionado, lo primero que notaremos es que la dirección tiene un tacto más blando, así como que los cambios se producen de manera más seguida, con lo que se consigue una conducción más eficiente, sobre todo a la hora de circular a velocidades de crucero en las que el motor se queda a modo Vela cuando dejamos de pisar el pedal del acelerador. El modo Mid, es el paso intermedio hasta llegar al modo Sport, el más radical de los tres y con el que seguro muchos conductores se sentirán más identificados a la hora de escoger entre estos tres programas. Este modo, además modifica el sonido de los escapes, algo que los más radicales agradecemos, pues parece que sientes al coche más si cabe todavía.
El nuevo propulsor del MINI, es un 4 cilindros de gasolina turbo alimentado (en el resto de la gama es de 3 cilindros), de 1998 cc que desarrolla una potencia de 192 cv. Dispone de un par motor de 280 Nm, que se entrega desde tan solo 1.250 rpm y hasta las 6.000 rpm, lo que le convierten en un motor elástico y de gran soltura para poder disfrutar de todo el potencial que es capaz de ofrecer.
Esta unidad de pruebas llevaba acoplada una caja de cambios automática de 6 seis velocidades, que puede ser utilizada en modo secuencial mediante las levas que encontramos tras el volante o desde el mismo selector del cambio. Tiene un funcionamiento rápido y muy preciso que nos permite sobre todo cuando reducimos, gozar de unos pequeños petardeos que provienen de la línea de escape al retener el motor.
MINI ha homologado un consumo de 5,4 litros a los 100 Km para este motor, aunque está claro que a nosotros se nos disparó esta cifra hasta casi 8,3 litros, teniendo en cuenta que la prueba que hicimos fue bastante exigente, no encontramos exagerada esta cifra teniendo en cuenta el disfrute que este coche ofrece.
Dinámicamente hablando, este MINI es un verdadero kart que parece estar guiado por railes. Gracias al conjunto chasis, suspensión y a un diferencial electrónico de deslizamiento limitado, es posible conducir muy deprisa con este coche en carreteras de curvas, en la que disfrutarás como no, de la nobleza y la agilidad así como de la capacidad de transmitir que tienen todos los MINI a su conductor, sobre todo a través de una dirección que es directa, precisa y con la que es fácil de cambiar de trayectoria.
Gracias al control dinámico de la suspensión (DDC) que se encarga de modificar el tarado de la suspensión en función del modo de conducción escogido a través del Mini Driving Mode, es fácil ver como el tarado de la misma puede llegar a ser realmente firme para su uso en conducción deportiva, lo que nos garantiza un aplomo excepcional de todo el conjunto para garantizar así un buen paso por curva. Para aquellos conductores con carácter no tan “racing” como el nuestro, es posible que puedan pensar que esta suspensión para uso diario es hasta algo dura.
Cada vez que probamos un MINI, nos gustan más las sensaciones que ofrece cuando los conduces. Hemos tenido ocasión de poner a prueba diferentes modelos como el Cooper S, el Paceman o el Countryman con diferentes motorizaciones y quizás el MINI que más nos ha sorprendido haya sido el de esta prueba, sobre todo por el comportamiento deportivo que es capaz de ofrecer.
Además, vemos como la alianza alcanzada con BMW está presente de forma más notoria, sobre todo en lo que a estándares de calidad y diseño se refiere, por lo que con el paso del tiempo, veremos cambios para mejor en todos los MINI, eso sí, manteniendo el espíritu y el sello de identidad propio de este pequeño utilitario que nació hace 55 años.
Escrito por, Carmen Mora
@carmenmora41
AGRADECIMIENTOS
- MINI España
- Configurador mini: http://www.mini.es/mini/index.html
- Fotografías: Javier Lorite y Miguel Angel Solá