Si se dejara de comercializar coltán, las multinacionales dedicadas al sector electrónico, se hundirían porque no podrían fabricar sus productos; si esto ocurre se generaría un gran colapso económico que maximizaría la actual crisis.
La tragedia del coltán en Congo viene a través de los grupos armados enfrentados que luchan por su control. Los minerales llevan catorce años saliendo por Ruanda de manera ilegal, ayudando a enriquecer así a importantes grupos mafiosos que se benefician de este contrabando. Las guerrillas de ambos bandos se financian a través de las exportaciones de coltán que compran importantes multinacionales, haciendo que el conflicto se dilate en el tiempo.
La situación es realmente crítica, la misión de la ONU en el Congo también denominada MONUC, envió 17.000 cascos azules que han sido incapaces de defender a la población de los ataques de las guerrillas y los bandos.
Los niños pequeños son obligados a trabajar en las minas de coltán a grandes profundidades, ya que son los únicos que caben en ellas; muchos de ellos mueren sepultados, por hambre o agotamiento. Se calcula que por cada kilo de coltán extraído hay dos menores que pierden la vida.
Desde 1998 más de 5 millones de personas han sido masacradas por el conflicto en el Congo, y actualmente hay 1.350.000 desplazados sin contar a la gente que no está registrada. Las violaciones sistemáticas a mujeres y niñas para ser empleadas como arma de guerra es el día a día que viven los congoleños.
La mayoría de niños son obligados a trabajar en las minas poniendo en peligro sus vidas a diario y otros pequeños son reconvertidos en niños soldados. Actualmente se calcula que entre 3.000 y 7.000 niños continúan reclutados; aquellos que intentan escapar, son apaleados y torturados ante sus compañeros para que no sigan sus pasos. Los niños soldados siguen un violento rito de iniciación dónde les obligan a matar y violar en sus propias aldeas.
El país tiene suficiente reservas de coltán como para proveer a chinos, americanos y europeos, pero hasta que no cambie la situación, y la riqueza del Congo deje de salir a través de las distintas mafias internacionales, no va a ser posible la paz en el Congo.
Por nuestra parte como consumidores deberíamos ser más responsables a la hora de comprar productos electrónicos, y entre todos empezar a exigir a las multinacionales garantías sobre la verdadera procedencia y procedimiento de la extracción de las materias primas utilizadas en los productos.
Redacción: Montserrat Marin Raffo - Luxurynews