Las pymes pasan de este modo a incorporarse al mercado español, donde ya cotizan sociedades de inversión de capital variable (SICAV) y entidades de capital riesgo. El objetivo de esta alternativa bursátil es poner a disposición de este tipo de empresas un lugar regulado específicamente para ellas con costes adecuados a su tamaño. A los efectos de ingresar en este nuevo mercado, las empresas interesadas deberán tener el capital totalmente desembolsado, no superar los 6,5 millones de euros de fondos propios y sus acciones ser libremente transmisibles. Además, tendrán que presentar sus cuentas auditadas con normas internacionales NIIF y su free-float (capital flotante) deberá ser mayor a los dos millones de euros.
Fuente: Jose Ignacio Recio