Recientemente, Arabia Saudí, anunció la creación de un nuevo fondo con un capital inicial cercano a los 6.000 millones de dólares, y que antes del 2015 habrá alcanzado los 12.000 millones de euros.
Los inversores del Golfo Pérsico duplicaron sus adquisiciones de activos extranjeros, hasta los 64.000 millones dólares en 2008, y gracias a que el precio del barril protagonizó subidas históricas, lograron recaudar más de 1.300 millones de dólares al día, todos ellos destinados a nuevas inversiones. Así, el crecimiento de los ingresos en divisas es tan grande que se estima que en el plazo de una década, los fondos soberanos (incluyendo también los no árabes) podrían aumentar hasta contabilizar diez billones de euros, cifra que representa el 5 % de la riqueza financiera mundial, superando incluso el Producto Interior Bruto de Estados Unidos previsto para esa época.
Daimler, Time Warner, Lagardere, Suez, Merryl Lynch, Citigroup o Barclays son sólo algunas de las empresas que han accedido al dinero soberano, impulsadas por las necesidades que urgen en Occidente para encontrar liquidez.