Tarragona quiere tener acabado para el 2011 una nueva terminal de pasajeros donde puedan atracar cruceros de lujo, tratando de llevarse los excedentes que por saturación el puerto de Barcelona no puede albergar y se está llevando el puerto de Palamos. El sector de los cruceros de lujo tiene un importante impacto económico en las poblaciones en las que recalan estos barcos. Esta instalación se situará en la prolongación del dique, en la parte más alejada de la zona industrial, para que el tráfico de pasajeros no se mezcle con el de mercancías. El muelle provisional de cruceros tendrá unos 600 metros de longitud y capacidad para dos navíos.
Los estudios de la Unión Europea concluyen que cada pasajero de un crucero gasta una media de 60 euros diarios en los puertos donde el barco hace escala. Esta cantidad se reduce a 25 euros en el caso de los tripulantes. Estas cifras se multiplican cuando los puertos son origen o destino de los barcos, porque entonces se prolonga la estancia y hay que sumar las pernoctaciones de los pasajeros en la localidad.