Nadie esconde la importancia de estar en Marbella, paradigma del lujo dentro y fuera de las fronteras. «Una firma de la categoría de Suárez tenía que estar en la ciudad porque consideramos que es un lugar donde podemos tener éxito dadas las características y teniendo en cuenta que las grandes firmas de lujo tienen presencia aquí», explican tras su desembarco en Marbella. A lo grande. Con un edificio de tres plantas en pleno centro de la ciudad, en la avenida Ramón y Cajal, las joyas de la mítica casa Suárez recalan en la Costa del Sol y se suman a sus consagradas boutiques de Madrid, Bilbao y Barcelona. «Es un paso adelante en nuestra estrategia de expansión y desarrollo», añaden.
Cartier también está de estreno. La directora de Relaciones Públicas de la casa de alhajas, Simoneta Gómez-Acebo, sobrina del Rey para más señas, fue el reclamo mediático de la puesta de largo de su nueva andadura en Puerto Banús con un establecimiento de 250 metros cuadrados de espacio comercial donde se exhiben brillantes que quitan el hipo. Tras su paso por el centro de la ciudad, la boutique hace las maletas para instalarse frente por frente a las embarcaciones que recalan por docenas en el recinto náutico
Sobran los motivos. «Es un punto de encuentro de personalidades de todos los sectores de la vida pública, tanto de los negocios y la aristocracia, como del mundo de la cultura, el arte y el deporte de elite mundial», apuntan desde Cartier. El trasiego de clientes es notable.
También en Puerto Banús, convertido en quintaesencia del lujo como un Rodeo Drive de la Costa del Sol, Hermès renueva su carta de presentación, su tienda de 150 m2 que ahora deja entrever sus colecciones a través de ventanales de grandes dimensiones, un escaparate por el que es difícil pasar de largo. Vecina de acera, para más señas, son Loewe o Dior, que igualmente llevan años protagonizando las compras más selectas del recinto náutico.
Fuente: Diario Sur.